SOCIEDAD › GRUPOS ULTRACATOLICOS ENFRENTARON EN PLAZA DE MAYO UNA MANIFESTACION A FAVOR DE LA DESPENALIZACION
Diversas organizaciones sociales y políticas marcharon desde el Congreso en reclamo por una ley de aborto. Frente a la Catedral se habían apostado grupos ultracatólicos. Hubo algunas patadas y forcejeos. La policía armó un cordón para separar a los dos bandos.
› Por Emilio Ruchansky
A un año del primer y único tratamiento del proyecto de ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en la Cámara de Diputados, ayer se reunieron agrupaciones sociales y políticas frente al Congreso y luego marcharon a la Casa Rosada, donde hubo incidentes motorizados por grupos ultracatólicos y fascistas. “Vinimos a pedir que se vuelva a tratar el proyecto, junto a todas las organizaciones de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Después, como tradicionalmente hacemos, fuimos a la Plaza de Mayo y pasamos por la Catedral. Ahí empezaron a provocarnos, a gritarnos ‘asesinas’ y a patearnos”, contó Manuela Castañeira, integrante de Las Rojas y del Nuevo Más. “Solo venimos a proteger la casa de Dios porque la iban a atacar estos grupos”, afirmó el presbítero Francisco Javier Morad, rector del colegio porteño San Pablo.
La jornada de protesta comenzó a las 16.30 con una concentración frente al Congreso. En la cabecera de la marcha estaba, entre otras personalidades, Nora Cortiñas, de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora. “Como se va avanzando en la comprensión de que la mujer pobre es la que muere y la que tiene que decidir en un estado que es de gravedad, yo creo que esto se tiene que tratar en el Congreso, para que sea una voluntad de la mujer”, evaluó Cortiñas. Este año se volvió a presentar un proyecto de ley similar que avalaron más de 50 legisladores en 2011.
“Las propias estadísticas del Ministerio de Salud nacional reflejan que la clandestinidad de la interrupción voluntaria del embarazo es la principal causa de mortalidad materna”, señaló Laura González Velasco, referente de Libres del Sur en la ciudad de Buenos Aires. La actividad fue convocada, entre otros, por las agrupaciones Las Piqueteras, Pan y Rosas, ATE/CTA, la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud bonaerense, el Centro de Estudiantes de Psicología, Frente Popular Darío Santillán, FUBA, PO, Izquierda Socialista y Partido Buenos Aires Para Todos.
Tras leer un documento en reclamo del tratamiento parlamentario del proyecto de legalización del aborto, presentado cuatro veces en el marco de la campaña nacional para impulsar esta prestación médica, la manifestación partió hacia la Plaza de Mayo. Al pasar por la sede del gobierno porteño, la multitud repudió el veto de Mauricio Macri al protocolo para hospitales porteños sobre aborto no punible que votó la Legislatura. “Macri, basura, vos sos la dictadura”, cantaron. A pocos metros, desde las 17, aguardaba un nutrido grupo “provida”.
“Nosotros les pedimos que se metieran en la Catedral pero no quisieron, armamos un vallado para que al menos se quedaran en las escalinatas y tampoco accedieron”, aseguró un jefe policial. Entonces se dispuso un vallado de uniformados, pero cuando la manifestación pasó por la iglesia recibió huevazos y algunos petardos. “¡Putas!”, “¡Asesinas!”, “¡Vende Patria!”, les gritaban y pese a la barrera policial se vieron algunas patadas. Del otro lado, resistieron el ataque con las cañas que sostienen las banderas y arrojando botellas de plástico.
Cuando la policía logró separar a ambos bandos, se instaló un escenario sobre el acoplado de un camión al pie de la Plaza de Mayo. Allí, varias feministas arengaron a la multitud y cantaron sus consignas. “Separación del Estado y la Iglesia”, decía el estandarte más grande. Del otro lado se oían rezos y coreaban el nombre del carapintada Seineldín, cuando no un “viva Cristo Rey”, además arrojaron miles de volantes que decían: “Somos una patria católica y mariana. En fidelidad, defensa y custodia del orden natural, de la familia y la vida, del magisterio de la iglesia y la tradición”.
El grupo provida estaba compuesto por chicos de colegios secundarios, señoras bien vestidas y mal habladas y algunos muchachos conocidos en el ambiente fascista porteño, como los gemelos Marcelo y Jorge Gristelli, del grupo Custodia y habitués del círculo de la revista falangista Cabildo. Uno de ellos sostenía la bandera negra que hizo popular el caudillo Facundo Quiroga: con una calavera y debajo la frase “Religión o muerte”. El rector del Colegio San Pablo, vestido con su sotana, explicó que era necesario estar ahí “para evitar pintadas” a la Catedral.
No hubo heridos ni detenidos. “El acuerdo de la marcha era no entrar en provocaciones y teníamos un cordón de seguridad propio, pero no íbamos a dejar de pasar por la Catedral, estén o no los reaccionarios de siempre”, dijo Manuela Castañeira. La mayor parte de los ultracatólicos se fue a las 21, mientras seguía la guerra de cantos. “Sí a la vida, no al aborto”, de un lado. “Sí a la vida, sí al aborto”, del otro.
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