“Es una sensación rara la que tenemos”: tal vez esta confesión de una mujer que perdió a su hijo de 13 años en Cromañón sea la que mejor sintetice el sentimiento de los familiares, ante la prisión efectiva de quienes la Justicia ha considerado responsables por la catástrofe. Hay también algún alivio porque –dijo un padre cuya hija murió a los 22– “nuestros hijos van a tener un poquito de paz”. Y porque –dijo una madre cuyo hijo murió a los 20– “recién ahora, con todos presos, el mensaje a la sociedad se hace claro”. Pero la sensación sigue siendo rara porque “este fallo no nos va a devolver a nuestros hijos”. Pero también porque “justicia, realmente, sería que estas cosas no volvieran a pasar; es algo más profundo, hace falta un cambio en la sociedad, que va más allá de un fallo judicial”.

“Veníamos esperando este momento, que es un hito histórico: el antes y el después recién se marcará ahora, con los culpables en la cárcel –dijo Nilda Gómez, madre de Mariano Alexis Benítez, “de 20 años, que estudiaba derecho, era familiero y no tenía miedo de vivir”–. Es que “ahora, con todos presos, el mensaje, que era confuso, se vuelve claro: a partir de hoy los funcionarios tendrán que cuidarse y hacer lo que les corresponda; no permitir, como sucedió entonces, que personas sin idoneidad llegaran a puestos sensibles como la fiscalización y la habilitación. El Estado cobró la vida de 194 personas, por su ineficacia y negligencia. Esto marca que la corrupción mata, y que los responsables deben ir a la cárcel”.

“Es una sensación rara la que tenemos –dijo Mercedes Salvi, madre de Pablo Blanco, que tenía 13 años cuando murió en Cromañón–: por un lado, en un país donde todo el mundo se queja de que la Justicia nunca lleva preso a nadie, supongo que está bien, pero mi sensación es que este fallo no va a aportar ni impedir que Cromañón se repita. Si el cantante recibe siete años de cárcel y el comisario que aceptó la coima ocho, parece que el comisario tiene poco castigo o el cantante mucho; y los altos funcionarios políticos quedan fuera de responsabilidad penal. Así, el resultado será que vuelva a pasar. Esta Justicia no previene: termina siendo un sistema que, en el mejor de los casos, castiga; y la justicia para Lautaro llegó tarde.”

“Justicia –agregó Mercedes Salvi– sería que realmente cambiáramos esta sociedad y que estas cosas no volvieran a pasar; es algo más profundo, que va más allá de un fallo judicial. Para mí la pena a los músicos es demasiado alta y creo que la responsabilidad de ellos habría que dirimirla más bien por fuera de lo judicial, en el orden de las cuestiones profundas que conciernen a la sociedad: ver qué tipo de sociedad queremos y no permitir que un funcionario sea vocero y herramienta de dueños de boliches, cuando debería ser el que defiende y ayuda a la calidad de vida de los ciudadanos. Ese es el fondo de la cuestión, y eso es Cromañón.”

“Ya era tiempo”, dijo Juan Carlos Santillán –padre de Valeria Santillán, que tenía 22–. “Me parece bien que estén presos, no sueltos. Muchas veces me enojé con la Justicia pero, bueno, había que esperar estos años. Creo que nuestros hijos, todos los que se perdieron, van a tener un poquito de paz. Creo que todos los papás, todos los familiares queremos que vayan presos de una vez: Chabán, todos los coimeros que estaban ahí, los de Callejeros, que nunca respetaron nada y siempre se burlaron de nosotros. No nos van a devolver a nuestros hijos pero sabremos que la Justicia cumplió.”