Al menos 220 personas murieron en Rusia, coinciden varias agencias de noticias internacionales, y más de 1200 debieron ser hospitalizadas debido al intenso frío que afecta al país, con temperaturas inferiores a 40 grados bajo cero, según autoridades locales. La noche del domingo pasado fue la más fría de Moscú y sus alrededores en lo que va del invierno, con temperaturas de 32 grados bajo cero. Durante el fin de semana previo a la Nochebuena, hubo “decenas” de muertos según las autoridades rusas. En el Este de esta federación, las temperaturas fueron aún más bajas que en Moscú: en la república siberiana de Tuva, fronteriza con Mongolia, dejó de funcionar una central de calefacción, por lo que el Ministerio de Defensa Civil envió un avión cargado de estufas. En la ciudad siberiana de Chovu Aksy más de 300 personas fueron llevadas a un refugio, mientras que otras se trasladaron a poblaciones vecinas. En un intento por volver a la normalidad, las escuelas de todo el país seguirán abiertas aunque las autoridades rusas anunciaron que no se computarán las inasistencias.