La cantidad de heridos por pirotecnia que se registró en la pasada Nochebuena descendió a la mitad respecto de 2011, según surge del promedio de la información divulgada en los distintos centros de salud de ciudades y provincias del país. Hasta el momento, sólo trascendió un caso mortal, en la ciudad de Santo Tomé, en Santa Fe, donde un empresario de 53 años falleció luego de que le explotara un potente cohete en el rostro (ver aparte). Hubo un niño que sufrió mutilación en los dedos en Córdoba y muchos heridos oculares graves, en la ciudad de Buenos Aires y el conurbano. “La mejor pirotecnia es la que no se utiliza”, coincidieron autoridades de hospitales de todo el país. “Y si se usa que sea legal, que tenga margen de seguridad y que esté supervisada por los padres”, agregó el jefe de Guardia del hospital porteño Lagleyze, Eduardo Palazzolo.

Los centros de salud de la ciudad de Buenos Aires atendieron 57 personas, lo que lo convirtió en el distrito con más heridos, cuatro veces más de lo que se informó oficialmente en la provincia homónima. Sin embargo, los jefes de Guardia y directores de los principales centros de la Ciudad estimaron que la cantidad bajó a la mitad respecto del año pasado y hubo un notable descenso de “corchazos”, es decir, heridas oculares provocadas por los corchos de las bebidas espumantes. Hubo 23 heridos en la provincia de Mendoza, 18 en la ciudad de Córdoba y 14 en Rosario.

En el Instituto del Quemado, en el barrio porteño de Caballito, fueron asistidas 19 personas y se registró un caso grave. “Es un paciente de 14 años, que tiene el 35 por ciento del cuerpo quemado y está internado en la Unidad de Cuidados Intermedios”, detalló Miriam Miño, jefa de Guardia del Instituto. El adolescente sufrió quemaduras en el cuello, tórax y manos cuando estaba “con amiguitos que tiraron un cohete donde había combustible”, describió. La médica recordó que en 2011 hubo entre “30 y 40 afectados” y aseguró que de los 19 asistidos en la Nochebuena pasada, “muchos no manejaban pirotecnia, sino que ingresó por las ventanas”.

La mayoría de los pacientes eran mayores, 13 de ellos, y varones, dijo Miño y recordó que entre las mujeres atendidas había dos hermanas. “Estaban mirando la bengala que prendían unos vecinos, que la pusieron adentro de una botella, la botella se dio vuelta y en vez de disparar para arriba, salió para el costado y las dañó a ellas”, señaló. En la sala de guardia de ese Instituto, un niño de 12 años de la localidad de Isidro Casanova con los dos brazos vendados, relató: “Encontré un petardo, lo desarmé, y junté la pólvora con la de otro petardo, lo encendí con un fósforo y me explotó”.

Por su parte, el jefe de Guardia del Hospital Lagleyze, Palazzolo, informó que “hubo menos heridos por pirotecnia, hubo 11, mientras que el año pasado 57”. Luego relató que tres de los heridos son quirúrgicos. Guillermo López, el médico de guardia que lo precedió, explicó que entre estos tres afectados había “una mujer de 25 años que recibió el impacto de pirotecnia cuando subía a la terraza” y que un niño requiere cirugía porque “resultó afectado por una cañita voladora que puso adentro de una botella y al volcar impactó en la vista”.

“Faltan campañas de prevención para no usar pirotecnia, ni legal ni ilegal, porque a pesar de que disminuyó, un solo caso de un chico que quede discapacitado, para mí es una frustración”, dijo ayer Nora Carballal, jefa de Guardia del hospital porteño Santa Lucía, donde se atendió 27 pacientes, casi la mitad que en la misma fecha en 2011. “Tres heridos son de gravedad, con pronóstico reservado porque tienen compromiso ocular”, dijo. Se trata de dos hombres de 38 y 64 años que estaban manipulando pirotecnia y de una mujer de 31 “que era espectadora cuando le entró en el ojo parte de un cohete”.

Uno de los casos más graves se registró en San Rafael, Mendoza, donde a un niño de 11 años le amputaron un dedo y sufrió heridas graves en otro dedo de la misma mano, luego de un accidente con un petardo. Según informó el director de los hospitales mendocinos, Oscar Rena, hubo en total 23 personas atendidas. En Rosario, informó el subsecretario de Salud municipal, Leonardo Caruana, hubo 14 heridos por uso de pirotecnia, nueve de ellos son menores de edad. La cantidad de pacientes, agregó, no sólo disminuyó en cantidad sino en gravedad.

“En el hospital de Niños Víctor Vilela fueron atendidos dos niños de 7 y 11 años con quemaduras en manos y muslos que quedaron internados y en observación, pero ninguna de ellos es de gravedad”, comentó Caruana. En Santo Tomé, ciudad lindera con la capital provincial, falleció una persona por el uso de pirotecnia (ver aparte).

Según estimaron las autoridades sanitarias de la Córdoba capital, hubo un 60 por ciento menos de heridos por piroctenia atendidos en los centros de salud: 18 este año, 48 en Nochebuena de 2011. En la guardia del Instituto del Quemado cordobés ingresaron nueve personas con heridas leves “y sólo uno debió recibir sutura”, aseguró el médico Daniel Andrade. En el Hospital Pediátrico de esta capital provincial se reportaron nueve lesionados, la mayoría con lesiones en los ojos.

Desde el Ministerio de Salud bonaerense destacaron que en las diferentes guardias de centros asistenciales del conurbano y el interior provincial sólo hubo trece heridos por pirotecnia. El año pasado fueron 27, según los registros de la Dirección Provincial de Emergencias. “Esta Navidad podemos celebrar que no tuvimos que lamentar muertes ni heridos graves por pirotecnia”, afirmó ayer el ministro de Salud, Alejandro Collia. En la ciudad de Salta, 9 niños fueron asistidos en el Hospital Público Materno Infantil por pirotecnia, superando la cantidad de años pasados.

Por su parte, las autoridades sanitarias de Santiago del Estero, Formosa y San Luis advirtieron una baja importante de heridos en la pasada Nochebuena. En la ciudad de Santa Rosa, La Pampa, los responsables del Servicio de la Guardia del Hospital Lucio Molas informaron que no se registró ningún herido por pirotecnia, al igual que en la provincia de Catamarca.

En total, hubo alrededor de 150 personas heridas en todo el país por distintos artefactos: bombas de estruendo, petardos, cañitas voladoras y cohetes. A diferencia de otros años, coincidieron varias fuentes médicas, muchos eran simple espectadores.