SOCIEDAD › UN PROYECTO DE LEY Y UN RECURSO DE AMPARO POR LOS COCHES HISTóRICOS DE LA LíNEA A
Después de que Rodríguez Larreta ironizara sobre la posibilidad de “hacer un asado” con los centenarios trenes de origen belga, el diputado Aníbal Ibarra presentó un proyecto de ley para declararlos “patrimonio cultural”.
La decisión de cerrar la línea A de subterráneos y el incierto destino de los históricos vagones generaron, además de polémica, algunas acciones. El legislador porteño Aníbal Ibarra (Frente Progresista Popular) presentó un proyecto para declarar como “Patrimonio Cultural de carácter tangible” a los coches de fabricación belga que acaban de cumplir 99 años al servicio de los subtes porteños, para “asegurar” su preservación y mantenimiento. Los coches serán retirados de circulación en enero, para reemplazarlos por nuevas unidades, y su destino es incierto. Por eso, la asociación Basta de Demoler inició una campaña para recolectar firmas y anunció que presentará un amparo judicial para que no se retiren las tradicionales formaciones de madera sin que el Gobierno de la Ciudad presente previamente un plan de preservación del material rodante y defina el destino de las unidades.
Las acciones se anunciaron después de que el jefe de gabinete, Horacio Rodríguez Larreta, dijera en tono de broma que con los coches desafectados del servicio se podría “hacer un asado”.
En tanto, usuarios de la línea A y de los coches La Brugeoise convocaron para el domingo, a las 14, a un “raid fotográfico” en la estación Plaza de Mayo para “tomar la mayor cantidad posible de fotografías de los coches en diferentes puntos de la traza de la línea A a modo de homenaje por sus 99 años de servicio”. La convocatoria se hizo a través de Facebook, en protesta ante la intempestiva decisión del jefe de Gobierno Mauricio Macri de cerrar la línea A por un lapso de hasta sesenta días para retirar los coches, sin presentar un plan para preservar esas unidades.
En su proyecto de ley, presentado ayer, Ibarra hizo referencia al valor patrimonial e histórico de las formaciones de la marca La Brugeoise y manifestó la necesidad de su “acondicionamiento, control técnico y puesta en operatividad juntamente con el resto de los trenes, manteniendo de esta forma su presencia en la vida de los porteños”.
“El subterráneo de la Ciudad de Buenos Aires constituye un componente propio de la Ciudad, pionero en Latinoamérica, y que conserva una absoluta exclusividad en el ámbito de la república, conformando un elemento peculiar que hace a la idiosincrasia de esta urbe, formando parte de su acervo cultural”, expresó el legislador en su iniciativa.
El ex jefe de Gobierno destaca allí que los vagones “son de 1913, los más antiguos de la Ciudad de Buenos Aires y también los más antiguos en circulación en el mundo” para un servicio comercial.
“Por lo tanto su preservación y puesta en valor tiene un significado patrimonial, cultural e histórico que no sólo no puede desecharse si no que debe preservarse”, afirmó. Y respecto de “la ironía de (el jefe de Gabinete porteño, Horacio) Rodríguez Larreta, que propuso hacer un asado con los trenes de la línea A”, manifestó que esa frase “expresa una falta de respeto por esos valores históricos”.
“Nosotros pensamos en forma diametralmente distinta, el Estado y la sociedad deben hacer un esfuerzo para preservar su historia y de eso se trata este proyecto”, dijo.
Ernesto Falzone, de la Asociación de Amigos del Tranvía, expresó al sitio enelSubte.com, que “la campaña facilista lanzada por el Sr. (Mauricio) Macri nos habla de seguridad”, pero “yo le preguntaría al señor Macri si ha tenido acceso a las estadísticas que muestran que la línea A, con ese primitivo pero a la vez simple material rodante centenario, es la que mayor confiabilidad ha ofrecido en todos estos años”. “Esos coches y esa línea tienen el sistema de bloqueo más seguro, con las barras electromecánicas de paratrén y las antenas de freno de emergencia instaladas en todos los coches, que hacen imposible la transposición de una señal a peligro”, agregó.
El gobierno porteño justificó el retiro de los históricos trenes de madera en un informe de auditoría de expertos del subte de Barcelona, que recomendaron el cambio de esos coches por unidades nuevas. Pero los especialistas catalanes no decían que los coches eran inseguros sino que el costo del mantenimiento era muy alto.
Desde el gobierno porteño argumentan que es necesario parar el servicio de la línea A entre quince y sesenta días, para someter a prueba a los 45 unidades de fabricación china que, antes de transportar al público, deben rodar 2000 kilómetros. Técnicos, especialistas y trabajadores opinan que esas pruebas pueden realizarse en horario nocturno o en un fin de semana largo, con lo cual no sería necesario cerrar la línea durante un período tan prolongado, con el consiguiente peligro para los pasajeros.
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