Parecía una cuestión personal. Cada vez que la policía cordobesa lo encontraba en la calle, el joven invariablemente era detenido. A veces por caminar “en actitud sospechosa” –lo que el Código de Faltas define como “merodeo”–, a veces por negarse a un pedido de identificación, la acusación tenía siempre un resultado aparentemente excesivo: se lo arrestaba y privaba de su libertad por algunos días. La última vez había sido detenido en febrero pasado. Luego de la presentación de un hábeas corpus, la Justicia de Córdoba ordenó a la policía provincial que “cese el hostigamiento” en su contra.

La medida fue dispuesta por la jueza de Control, Juventud, Adolescencia y Faltas de Río Segundo, María de los Angeles Palacio de Arato, que hizo lugar a un recurso de hábeas corpus preventivo presentado por el joven.

La magistrada, en su fallo, detalló que además del hábeas corpus clásico, que protege la libertad contra detenciones o arrestos ilegales, se encuentra la figura del hábeas corpus preventivo, que protege la libertad frente a acciones u omisiones de la autoridad pública que impliquen una amenaza actual a la libertad ambulatoria sin orden escrita de autoridad competente. En este sentido, la jueza constató que los errores de procedimiento de la policía eran “groseros” y constituían “una grave afectación a la libertad de los ciudadanos”.

El joven, en su presentación, había denunciado que era víctima de un permanente hostigamiento, dado que los policías, cada vez que lo encontraban en la calle y “por cualquier motivo”, lo detenían y lo “privaban ilegítimamente” de su libertad hasta por espacio de cinco días.

La jueza señaló en el fallo que “el joven es un habitual cliente del sistema contravencional”, ya que registra más de ocho procesos contravencionales, por merodeo y negativa a identificarse, en un lapso relativamente corto. En los últimos meses fue detenido cuatro veces en Pilar y otras tres en Río Segundo.

Asimismo, exhortó a la policía provincial de esos distritos a que se “difunda” ampliamente la resolución.