SOCIEDAD › LA POLICíA METROPOLITANA INTENTó VALLAR LA ENTRADA, PERO FUE SUPERADA POR LOS OCUPANTES

Resisten el desalojo de la Sala Alberdi

La sala está tomada por talleristas y artistas. Por el conflicto con el Ministerio de Cultura porteño, el Centro Cultural San Martín no pudo reabrir. Hubo un principio de diálogo, frustrado por la acción policial.

La Policía Metropolitana intentó desalojar a los ocupantes de la Sala Alberdi en el Complejo Cultural San Martín, que permanecen en el lugar desde hace meses y ayer habían dispuesto un levantamiento de la medida por 48 horas, en solidaridad con los empleados de la dirección del lugar. Los efectivos avanzaron amparados por la orden de la fiscal Claudia Barcia, quien –según fuentes judiciales– había dispuesto el vallado del lugar “para permitir la salida de personas pero impedir el ingreso de ocupantes”. Pero los manifestantes saltaron la reja y volvieron a tomar el sexto piso del edificio, donde se ubica la Sala Alberdi.

La Sala Alberdi está ocupada por un grupo de talleristas y artistas, en protesta por el cierre temporario del espacio. “Botones”, “Hacemos arte popular”, “Que nos filmen, no tenemos miedo de mostrar la cara”, “Encima lo hacen por plata” y “Ni un paso atrás” son algunas de las frases que les dedicaron los ocupantes de la Sala Alberdi a los efectivos de la Metropolitana. Según Soledad, una de las manifestantes, todo comenzó a la mañana cuando decidieron levantar el acampe en el lugar en solidaridad con el personal contratado del Centro Cultural, quienes tienen miedo de perder sus puestos de trabajo porque el lugar está cerrado desde hace más de tres meses. “Hoy habíamos decidido levantar simbólicamente el acampe por 48 horas para solidarizarnos con los empleados de la dirección del centro a los que amenazan con despedir. Queríamos demostrar que estamos abiertos al diálogo y quitamos las carpas, pero en ese momento se metieron de prepo 50 policías de la Metropolitana y nos dejaron afuera de la reja. También entraron patovicas vestidos de negro sin identificación que dicen responder al Ministerio de Cultura”, afirmó.

El accionar tuvo lugar a pesar de que las partes habían comenzado a dialogar por instrucción del juez penal Norberto Tavonaska, a cargo de la causa. “El viernes nos juntamos con Lombardi y el procurador general Julio Conte Grand y quedamos en que ambas partes íbamos a presentar una propuesta. Hoy teníamos la asamblea por este tema a las 18.30, pero ahí entró la policía. Algunos quedaron adentro y otros afuera. La policía entró con bolsas con piedras y gases lacrimógenos. Cuatro chicos quedaron en el sexto piso, catorce entre la puerta de entrada y la reja que fue vallada con maderas y tres afuera. Los policías eran 70, 30 adentro, 30 entre la puerta y el vallado y 10 afuera.” El operativo estuvo a cargo de Ricardo Pedace, subcomisario de la Policía Metropolitana, presente en el lugar.

Acompañaba a los integrantes de la toma el ex diputado Luis Zamora quien, si bien no representa legalmente a los jóvenes, sí los asesora. “La fiscal Claudia Barcia que dio la orden de desalojo y de detención, si hay resistencia, no atiende el teléfono. No vi el escrito. El juez Norberto Tavonaska había rechazado una orden de desalojo porque entendió que no hay que criminalizar la protesta. Ella apeló y ahora la Cámara debe decidir”, explicó el abogado.

Fuentes de la fiscalía explicaron a Página/12 que la orden de Barcia fue de “vallar la entrada, permitir la salida de las personas que estaban adentro y el ingreso sólo de los empleados y poner una presencia policial disuasoria, pero sin reprimir”. Pero alrededor de las 21, los jóvenes comenzaron a trepar las rejas y volvieron a ingresar al lugar.

Zamora apuntó contra la fiscal quien, a su criterio, había aprovechado el levantamiento del acampe. “El viernes pasado quedamos en contestarles a Lombardi y Conte Grand. No íbamos a demorar más de una semana. Hoy la sala unilateralmente decidió levantar el acampe en busca de un mayor diálogo y la fiscal aprovechó.”

Pasadas las 21, con la sala nuevamente tomada, la orden judicial se había tornado abstracta. Los efectivos abandonaron sus puestos frente al Centro Cultural.

El conflicto data de 2006, cuando un grupo de talleristas y artistas ocupó la sala, en protesta por la decisión del gobierno porteño de mudar las actividades a otro espacio, en Chacarita, para refaccionar la sala.

Informe: María Julieta Rumi

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Una fiscal ordenó vallar la entrada para impedir el ingreso de los ocupantes que habían salido.
Imagen: Jorge Larrosa
 
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