Ochocientas mil personas se reunieron ayer en San Pablo para festejar el VII Desfile del Orgullo Gay. Según los organizadores, la cifra de concurrentes superó al millón trescientos mil. Treinta carros de sonido y una gigantesca bandera arcoiris, símbolo del orgullo gay, fueron la columna vertebral de la marcha que ocupó un kilómetro de la principal avenida de San Pablo. Travestis, gays, lesbianas y heterosexuales desfilaron y bailaron ante la presencia de la alcaldesa paulista, Marta Suplicy, psicóloga y sexóloga de izquierda, y de José Genoino, presidente del Partido de los Trabajadores (PT), ambos considerados aliados del movimiento. Las Drag Queens, con sus disfraces de plumas de carnaval, dieron su toque colorido. La de San Pablo se transformó así en la tercera concentración gay en el mundo después de las de San Francisco y Toronto.