Jue 06.06.2013

SOCIEDAD  › ENTREVISTA A JUAN MéNDEZ, RELATOR ESPECIAL SOBRE TORTURA DE LAS NACIONES UNIDAS

“Hay que ajustar los estándares”

El experto internacional dará hoy la conferencia inaugural del Congreso Internacional contra la Tortura. Sostiene la necesidad de ajustar qué se entiende por tortura y cómo se previene. Las celdas de aislamiento son otro método de tortura, explica.

› Por Horacio Cecchi

“Existe la idea que vincula la tortura solamente con el dolor físico. Pero la tortura también puede ser un fuerte daño psíquico. Una celda de aislamiento durante un día puede considerarse tortura”, dijo Juan Méndez, el relator especial sobre tortura y otros tratos o penas crueles, inhumanos y degradantes de las Naciones Unidas, a Página/12, pocas horas antes de abrir el Congreso Internacional sobre la Tortura, que se desarrollará hoy y mañana en Buenos Aires.

“Hay necesidad de ajustar los estándares mínimos para la prevención de la tortura –sostuvo Méndez en comunicación telefónica con este diario, pocas horas antes de partir desde Washington hacia Buenos Aires–. Por ejemplo, las celdas de aislamiento se utilizan en un penal para sancionar una conducta impropia, incluso para protección de esa persona detenida, pero eso no quiere decir que pierda la posibilidad de alimentarse como corresponde, que no tenga luz, ni abrigo si hace frío, o un retrete que funcione y agua corriente. Tampoco se puede mantener a una persona tanto tiempo aislada del resto, incluso de su familia. Muchos lo que hacen es tenerlo encerrado durante 23 horas y después sacarlo al patio a tomar aire. Es lo mismo.”

Juan Méndez es argentino, abogado de Lomas de Zamora, fue designado relator especial de la ONU para la tortura desde noviembre de 2010, por un período de tres años que suele ser prolongado por otro período más. Fue miembro de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos entre 2000 y 2003 y presidente de ese organismo americano en 2002. Hoy, a las 10.30, dará la conferencia inaugural del congreso internacional que se desarrollará en la Biblioteca Nacional durante dos días. Disertará sobre “Obligaciones internacionales del Estado en materia de tortura”.

–¿Por qué persiste la tortura a su criterio?

–Hay una multitud de factores que la permiten. Primero hay que decir que está dentro de las posibilidades erróneas del ser humano. Pero la falta de control es lo que le abre el terreno propicio. Tiene que haber una permisividad para producir el maltrato para obtener determinados resultados. Tiene que haber una complicidad confundida por falsa camaradería para que sus pares no digan. El médico tiene que no registrar en su debido momento las marcas que deje. Tienen que existir facilidades de parte de los fiscales y los jueces no acostumbrados o no dispuestos a investigar cuando se presentan denuncias. Tienen que saber que el encierro en celdas de aislamiento puede deberse a intentos de que se pierdan las pruebas.

–¿Cree que la sociedad y los medios tienen alguna participación y, si es así, de qué manera?

–Bueno, en general se tortura en aquellos países donde existe una incitación de parte de medios de prensa a promover políticas punitivistas. Parte de la sociedad aprueba esos métodos y los reclama. Y los políticos que hacen propuestas en ese sentido porque les proporciona réditos electorales.

–¿La tortura es un sistema o la cometen individuos aislados?

–Bueno, depende de los países. En muchos países está controlada, es decir, no ocurre ya sea porque la sociedad no lo permite, ya sea porque los mecanismos de control y prevención funcionan adecuadamente. En esos países, no quita que un funcionario torture, pero se trata de casos aislados. En cambio, otros países tienen la tortura como un sistema oculto. Porque nadie va a decir que está bien torturar. Eso ya marca el criterio de que nadie cree que sea permitido ni legal. Lo que ocurre es que en esos países, los mecanismos para controlarla y prevenirla no existen o no funcionan, sea por los funcionarios, por la Justicia, la sociedad, los medios o los políticos, por cada uno o por todos ellos. En esos casos es un sistema. Pero en los países en que no ocurre, y aparece un funcionario que tortura, es imprescindible que se tome una actitud, que se investigue, que no se permita, porque basta que apenas se deje de lado para que se tome por consentida y se multiplique.

–¿Un caso en abstracto donde un grupo importante de personas detenidas murieron durante un incendio en su encierro, puede considerarse trato inhumano e imprescriptible?

–El Estatuto de Roma de 1968 obliga a los Estados a remover todos los obstáculos que impidan la investigación en casos tan graves, y el tiempo no puede transformarse en un obstáculo.

Como relator especial de la ONU, Méndez investiga actualmente el uso de las celdas de aislamiento como mecanismo de tortura, investigación que presentará ante la ONU antes de finalizar su mandato en noviembre. En las tareas que ocupan al relator están las de producir llamamientos urgentes a los Estados por personas que corren riesgo de ser sometidas a torturas, informar sobre casos que haya conocido, realizar visitas de investigación a cualquier país (sin importar que haya ratificado o no la convención contra la tortura) y difundir en el mundo la idea de prevención y eliminación de la tortura, tarea que estará cumpliendo hoy como disertante en el congreso internacional.

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