Por Rosa Townsend *
Desde Miami

Terry Wallis ha hablado por primera vez desde que hace 19 años entró en coma después de un accidente de auto. Su primera palabra fue “mamá”, luego pidió “una Pepsi” y le dijo a la enfermera que le hiciera “el amor”, y desde hace días no para de ejercitar las cuerdas vocales. Sus padres y su hija están felices y los médicos del centro de rehabilitación de Mountain View (Arkansas, Estados Unidos) boquiabiertos. No se explican cómo el joven al que hace años recomendaron que se le desconectaran las sondas de alimento ha recuperado repentinamente el habla a sus 39 años.
“Es un milagro”, repite su madre, Angilee Wallis, aún incrédula cuando recuerda el día en que llegó, como siempre, a visitarlo por la tarde. Entonces la enfermera preguntó rutinariamente a Terry: “¿Sabés quién ha venido a verte?”, y él contestó: “Sí, mamá”. La familia nunca perdió las esperanzas y siguió dirigiéndose a él como si les entendiera, e incluso los fines de semana lo llevaban a su casa y le organizaban fiestas. Ahora los médicos atribuyen la recuperación, al menos en parte, a esa terapia espontánea. “Quizá le hemos mantenido la mente activa”, subraya la madre.
Su memoria, sin embargo, se ha quedado suspendida en 1984, el año en el que tuvo un accidente de coche, y cree que Ronald Reagan es todavía presidente o que su abuela vive. Pero son lapsus momentáneos, hasta que lo ponen al día de los acontecimientos, e inmediatamente razona. Enseguida preguntó por su hija, que tenía apenas unos días cuando el coche en el que viajaba con un amigo cayó a un río, y se ha propuesto caminar en breve para ir a pasear con ella. Las posibilidades de que lo pueda lograr son casi nulas, dado que Terry es tetraplégico.
La familia se pregunta si la pesadilla que han pasado con su hijo se podría haber evitado de haber tenido mejor atención médica. Los Wallis carecían de medios económicos (el padre es granjero y la madre trabaja en una fábrica) y no pudieron ni siquiera costear una evaluación neurológica cuando su hijo fue descubierto por la policía bajo un puente de Arkansas, junto a su amigo muerto. La factura del neurólogo ascendía a 112.000 dólares y la seguridad social no la pagaba. Terry estaba prácticamente desahuciado y ha pasado todos estos años en el centro público de rehabilitación de Mountain View.
La recuperación de Wallis ha despertado esperanzas para la familia de Terry Schiavo, que lleva en coma 13 años en condiciones muy similares a las de Terry Wallis. Los padres, Robert y Mary Schindler, libran una batalla legal por la vida de Terry con el yerno, que quiere desconectarla de las sondas de alimento, aduciendo una petición oral de su esposa cuando estaba saludable.