SOCIEDAD
› CAFIERO DESPLAZO A DEGASTALDI
POR LA INVESTIGACION SOBRE SUS BIENES
El ocaso de un comisario estrella
Aníbal Degastaldi, uno de los comisarios más conocidos, fue separado de su cargo tras la investigación de Asuntos Internos –revelada por Página/12– en la que aparece como supuesto dueño de restaurantes, bailantas y una lujosa casa en Capital.
› Por Raúl Kollmann
El famoso comisario Aníbal Degastaldi fue separado ayer de su cargo y no se le asignará ningún otro puesto en la Bonaerense hasta que no se termine la investigación sobre sus bienes. Los datos que constan en la división Asuntos Internos de la fuerza fueron adelantados en exclusiva por Página/12 hace una semana: el comisario integraría una sociedad de responsabilidad limitada, en la que figura como principal socio su ex secretario, y que sería propietaria de restaurantes y dos bailantas. También en Asuntos Internos se menciona la existencia de una lujosa propiedad en Capital Federal. Ayer, Degastaldi negó que tuviera esos bienes, algo que ahora deberá dilucidarse, primero en Asuntos Internos y después, si cabe, en la Justicia. El comisario arrancó la mañana diciendo que no fue desplazado, después dijo que se tomó vacaciones de invierno y más tarde que él mismo pidió dar un paso al costado mientras se sustancia la investigación. Sobre el mediodía aseguró que es víctima de una “sangrienta interna policial”. El ministro de Seguridad, Juan Pablo Cafiero, fue taxativo: “Degastaldi fue relevado por razones operativas porque lo investiga Asuntos Internos”.
Tempranísimo a la mañana, el programa radial “El Exprimidor” informó que el comisario Degastaldi fue apartado de su puesto, la Dirección de Investigaciones de Quilmes, y que el cargo pasaría al comisario Víctor Hugo Herrera. Degastaldi no sería asignado a un nuevo puesto hasta tanto no se esclareciera su situación patrimonial.
Hace dos semanas, Página/12 adelantó en exclusiva que el gobernador Felipe Solá y el ministro de Seguridad habían resuelto acentuar una investigación sobre el enriquecimiento de comisarios y subcomisarios. El tema era crucial: en aquellos momentos empezaba a quedar claro que los jefes policiales tenían arreglos de envergadura, entre otros con los desarmaderos de autos, lo que implicaba apañar el robo de coches y la cantidad increíble de muertes que se venían produciendo en esa época.
Por primera vez, un comisario, Norberto Fiori, admitía que la Bonaerense tenía esos arreglos con los desarmaderos y ello motivó la iniciativa de Solá-Cafiero. Ya por aquellos días, este diario mencionó que un comisario de la zona de San Isidro estaba en la mira.
Tras la caída del jefe de la Bonaerense, Alberto Sobrado, quien no pudo explicar un giro de 333.000 dólares a las Bahamas, Página/12 mencionó en su tapa, con nombre y apellido, que había una investigación en marcha sobre los bienes de Degastaldi, un comisario que se hizo más que famoso porque intervino en casi todos los casos de secuestro. El comisario fue jefe de la Departamental de Investigaciones de San Isidro y la mayoría de los secuestros se produjeron en su zona de influencia: el corredor norte del Gran Buenos Aires, lo que incluye San Isidro, Pilar, Vicente López, Martínez. Además, Degastaldi intervino en dos casos de enorme repercusión, el del asesinato de María Marta García Belsunce y el caso Conzi, el dueño del restaurante Dallas acusado de la muerte de un joven.
En concreto, los datos que tenía Asuntos Internos sobre un enriquecimiento inexplicado de Degastaldi tenían que ver con la sociedad que encabezaba el ex secretario del comisario y que explotaba restaurantes y bailantas. A ello se agregó un día más tarde la aparición de una propiedad de enormes dimensiones en un barrio privilegiado de la Capital Federal. Ayer, Degastaldi negó totalmente la existencia de esos bienes: “Cobro 2500 pesos mensuales, tengo una casa y un departamento en Moreno, donde vive mi madre y no tengo ni cuentas en el exterior ni una cadena de restaurantes ni un departamento en Capital ni nada de lo que se dice por ahí. Vivo de mi sueldo y el de mi esposa que es médica desde hace 25 años”. Cafiero explicó que el relevo de Degastaldi obedeció a razones “operativas”: “El grado de exposición pública y la necesidad (del comisario) de explicar su situación patrimonial nos quita operatividad. Si un jefe policial tiene que dedicar parte de su tiempo a esta situación de dar explicaciones, le quita energía para combatir la inseguridad”.
Hacia el mediodía, los cañones de Degastaldi empezaron a apuntar hacia el comisario Norberto Fiori, quien fue detenido en diciembre en Tigre, supuestamente por apañar a un desarmadero. Fiori fue sobreseído en un caso e irá a juicio oral por otro, pero en el programa “Punto.doc” confesó que él y todos sus pares recaudaban grandes sumas del juego ilegal y la prostitución. Por ejemplo, sostuvo que mientras su sueldo era de 2500 pesos, con la recaudación ilegal se llevaba otros 7000 y pasaba hacia los jefes –el suyo era el comisario Alberto Cánepa– un monto que, pesos más, pesos menos, totalizaban unos 90.000 pesos para los jefes departamentales. “Todo lo mío empezó por las acusaciones de Fiori –dijo ayer Degastaldi–. Yo mismo lo detuve por proteger desarmaderos en Tigre y éste es el vuelto.”
Fiori, por su parte, se alarmó: “Tengo miedo por mi vida. Esta gente está dispuesta a cualquier cosa. Si me pasa algo, no van a tener que dar muchas vueltas para saber quién lo hizo. Serán Degastaldi y Cánepa, los que yo denuncié. Lo que le pasó a él ya me pasó a mí. El tendrá que andar con la cabeza gacha, como anduve yo”.