Un ex gendarme, que estaba detenido desde mayo en el penal de Marcos Paz acusado de haber asesinado a un policía federal en el barrio porteño de Villa Crespo, se escapó tras cortar un alambrado perimetral del complejo carcelario.

El evadido es Leandro Szynwelski (30), un ex cabo primero de Gendarmería Nacional que está detenido por el homicidio del agente Héctor Alejandro Domínguez Fernández, de la Policía Federal.

La fuga se registró el jueves a las 19, cuando Szynwelski fue sorprendido por un agente del Servicio Penitenciario Federal (SPF) cortando uno de los alambrados. Una fuente judicial y otra policial explicaron que el penitenciario trató de detenerlo, hubo un forcejeo y hasta un disparo, pero Szynwelski logró escapar corriendo por uno de los sectores perimetrales del amplio predio del Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz.

“Los penitenciarios creen que quizá Szynwelski no logró traspasar todos los perímetros y puede estar escondido dentro del predio”, dijo un jefe policial. Por ello, ayer el SPF realizó un amplio rastrillaje, con colaboración incluso de la Policía Bonaerense, pero no lograron encontrarlo. Los rastrillajes se repitieron durante todo el día y anoche Szynwelski continuaba prófugo.

Ayer a la mañana el SPF remitió un fax con la novedad de la evasión de Szynwelski al Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°28 de la Capital Federal, que lo tenía a su disposición para el futuro juicio oral por el crimen del policía. La fuga del ex gendarme, que es oriundo de Oberá, Misiones, pero cuando fue detenido trabajaba en el destacamento de Zárate-Campana de Gendarmería, es investigada por el juez federal de Morón Juan Pablo Salas.

El hecho por el que Szynwelski estaba preso fue un raid delictivo ocurrido el 17 de mayo, que empezó con un robo, siguió con un tiroteo donde resultó herido y terminó con un policía asesinado en Honorio Pueyrredón y Beláustegui, del barrio porteño de Villa Crespo.

Según la investigación del juez de instrucción porteño Rodrigo Pagano Mata y la División Homicidios de la Policía Federal, el entonces gendarme le quiso robar un auto a una mujer pero el marido de la víctima, al ver la situación, salió armado y se tiroteó con el delincuente y logró herirlo en un hombro.

En su intento de huida, Szynwelski quiso robar dos autos y en uno de esos casos, el dueño del vehículo tiró la llave y salió corriendo.

El agente Domínguez Fernández, quien realizaba esa noche adicionales para la comisaría 13ª en el servicio de seguridad de restaurantes, al ver la situación confundió a la víctima que había salido corriendo con el delincuente y se acercó al auto pensando que Szynwelski era el damnificado.

El gendarme hirió al policía de un tiro en la cara y luego lo remató de varios disparos cuando estaba en el piso, apuntándole en lugares del cuerpo no protegidos por el chaleco antibalas. Siempre según la causa judicial, Szynwelski finalmente logró robarle un auto Chevrolet Corsa a una mujer, con el que fue hasta su domicilio en la localidad bonaerense de Hurlingham. Allí tomó un bolso, se subió a su auto y manejó herido hasta una estación de servicio de Campana, donde dejó abandonado el auto y luego fue a un hospital de la zona donde dijo que lo habían baleado ladrones que le robaron el auto.

Szynwelski quedó preso cuando la propia Gendarmería secuestró en su auto tres armas de fuego, entre ellas la Glock 9 milímetros con la que habían asesinado al policía, y los empleados de la estación de servicio lo reconocieron como la persona que había abandonado allí el vehículo.

Además, se secuestró a diez cuadras de su casa de Hurlingham el Corsa robado en la escena del crimen del policía, donde tras pericias de ADN se probó que había manchas de sangre del gendarme.

En julio, Szynwelski tuvo un altercado dentro del penal de Marcos Paz, donde apuñaló con una faca a otro interno porque le dijo “matapolicía”.