SOCIEDAD › ADRIAN PAENZA, EN TECNOPOLIS, SOBRE LA FALIBILIDAD INTUITIVA
Sostiene que la intuición mueve a error y que la ciencia ofrece alternativas para pensar la realidad. Los juegos que ofrece.
La intuición puede resultar, en ciertas ocasiones, una opción engañosa. El matemático Adrián Paenza propone, para comprobarlo, el siguiente caso: dos pelotas de básquet son lanzadas al mismo tiempo por dos toboganes distintos. Mientras uno de los toboganes tiene una forma especialmente curva, el otro es recto e inclusive un poco más corto que el primero. ¿Qué pelota desciende más rápido? La intuición –siempre tan apresurada– respondería que la pelota arrojada por el tobogán más corto y recto es la que primero desciende. Pero no. Por intermedio de leyes físicas y razonamientos matemáticos se descubre por qué sucede, en verdad, lo contrario. El experimento de los toboganes forma parte del espacio que Tecnópolis dedica a la ciencia, en donde pueden encontrarse juegos y otras atracciones diseñadas por Paenza. “Muchas veces, intuimos mal porque estamos poco o mal informados. Uno intuye a partir de las herramientas que tiene. Y la ciencia lo que hace, en ese sentido, es proponer nuevos ángulos para pensar las cosas. Por eso la ciencia no puede ser el privilegio de unos pocos –explica a este diario el matemático, escritor y periodista–. Necesitamos esparcir el conocimiento. Universalizarlo, de manera tal que sea accesible para todos.” A pocos días del cierre de la tercera edición de Tecnópolis, Página/12 charló con Paenza sobre cómo las leyes de la física y la matemática pueden llegar a vincularse con los juegos y la vida cotidiana.
El espacio Ciencia para Todos busca poner a prueba la intuición y el conocimiento de los visitantes que recorren la muestra ubicada en Villa Martelli. Hay juegos y experimentos con los cuales el público puede interactuar. El de los toboganes es uno de ellos. “Tirar pelotas no es esencial para la vida –aclara Paenza–. Saber que la curva del tobogán se llama curva braquistócrona no es algo necesario para sobrevivir. Pero esto puede extrapolarse a la vida cotidiana. Uno está tomando todo el tiempo decisiones. Esas decisiones serán mejores en función de la información de que se dispone. La ciencia lo que hace es proponer nuevos ángulos que antes no se nos habían ocurrido. Pero no puede ser el privilegio de unos pocos. Hay una distribución inequitativa de la riqueza intelectual. Y esto no puede ser así. Es necesario que todos tengan a la ciencia entre su menú de posibilidades. Si vos toda la vida comiste polenta y arroz, no podés saber que hay otras cosas, que existen las milanesas o las albóndigas, por ejemplo. Se trata de generar las oportunidades para que todos sepan que existen. Después cada uno elegirá qué hacer con esa información. Pero antes es fundamental darles a los chicos la oportunidad de conectarse con la ciencia y la tecnología”, señala Paenza, en una pausa que le deja la grabación de la séptima temporada de Alterados por Pi, el programa que se emite por canal Encuentro.
A la hora de evaluar el rol de una muestra como la de Tecnópolis, que superó el último fin de semana la marca de los 4 millones de visitantes, el matemático no duda: “Este lugar, hace diez años, era impensado. Yo nunca hubiera imaginado que 54 hectáreas dedicadas a la divulgación de la ciencia y la tecnología fueran posibles. Y que encima haya un pabellón exclusivamente dedicado a las matemáticas me hace sentir que estoy en un sueño. Hay que tener en cuenta, también, que lo público muchas veces está asociado a lo berreta. Acá, en cambio, hay un grado de excelencia altísimo. Este lugar, sin dudas, se convirtió en un espacio maravilloso”.
Otro de los ingeniosos juegos con los que el público puede asombrarse en la muestra es el de las bicis con ruedas cuadradas. A lo largo de un sendero con curvas –técnicamente conocidas como catenarias–, la bici avanza sin dificultades, es decir sin provocar saltos y manteniendo en todo momento el centro de gravedad. En este sentido, la presentación lúdica de la ciencia es, para Paenza, un camino posible. “Matemática, en general, es una de las materias que más les cuesta a los chicos en la escuela. Y les cuesta porque está mal encarada. Si alguien no sabe nada de música, por ejemplo, no empezaríamos enseñándole el Himno Nacional o Aurora. Si lo que hacemos apenas llegan a matemática, es enseñales a jugar, a encarar los problemas lúdicamente, a hacer robot, a saber cómo descifrar o encriptar mensajes, estaríamos haciendo también matemática, pero de una manera más atractiva para los chicos.”
En el día a día, advierte Paenza, no sólo se recurre a los saberes matemáticos para resolver las cuentas mentales en el supermercado. “A veces ni siquiera nos damos cuenta de que estamos usando las matemáticas. Cuando uno cruza la calle, está estimando la distancia con el auto que viene a lo lejos, para saber quién llega más rápido. Cuando salís de tu casa, estimás el dinero que te tenés que llevar. Lo que pasa es que no lo advertimos porque es algo transparente y natural. Pero las matemáticas, sin duda, están presentes en todo momento de la vida cotidiana”, agrega el periodista.
Tecnópolis cerrará las puertas en esta tercera edición el próximo domingo 3 de noviembre. Desde hoy y hasta ese día puede visitarse con entrada libre y gratuita de 12 a 20.
Informe: Nicolás Andrada.
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