SOCIEDAD › COMO SERAN LOS NUEVOS CONTROLES PARA LOS CONDUCTORES DE TRENES
Los maquinistas del Sarmiento serán sometidos a estudios rigurosos a partir del martes. Luego, se incorporarán los otros ramales. Los hará el instituto que evalúa a los pilotos de aviones. Analizarán las condiciones físicas, psíquicas y neurológicas.
Tests psicológicos, entrevista con un psiquiatra, análisis y chequeos físicos exhaustivos, estudios neurológicos, detección de eventuales restos de cocaína, anfetaminas o marihuana. La batería de exámenes a la que desde ahora deberán someterse los maquinistas de trenes empezará el próximo martes. Como anunció en su momento el ministro de Interior y Transporte, Florencio Randazzo, se harán dos veces por año y estarán a cargo del mismo equipo que evalúa las condiciones psicofisiológicas de los pilotos de aviones. En primera instancia, empezarán los motormen del ferrocarril Sarmiento.
Las estudios estarán a cargo del Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial (Inmae), de acuerdo con el convenio que acaban de firmar los ministros Randazzo y el de Defensa, Agustín Rossi. De esta forma, los motormen serán sometidos a los mismos controles que se les realizan a los pilotos, ya sean militares, civiles o comerciales.
“No es contra nadie, sino a favor de los pasajeros y de los motormen”, dijo Randazzo durante el acto que se realizó en Casa de Gobierno. Rossi consideró ayer que los maquinistas “seguramente tendrán ahora una mayor tranquilidad, al contar con un examen psicofísico que tiene un piso más alto que el que se hacía hasta el momento”.
Los controles, que serán cada seis meses, comenzarán a partir del martes con los maquinistas de la línea del Ferrocarril Sarmiento para extenderse luego al resto de los conductores, y se realizarán en el Instituto Nacional de Medicina Aeronáutica y Espacial (Inmae), dedicado a determinar las exigencias que deben satisfacer los tripulantes aéreos desde 1945.
“Los exámenes se adecuarán para los motormen, pero manteniendo la rigurosidad. El instituto está a cargo de la habilitación de todos los pilotos, ya sean militares, civiles o comerciales, y tiene los mismos niveles de exigencia que el resto de los países del mundo”, informó Rossi.
Consultado por Página/12, el director del Inmae, comodoro Horacio Marcelo Hünicken, explicó que los exámenes que se realizan en el instituto no son psicofísicos, sino psicofisiológicos, lo que contempla la parte psicológica, física y neurológica. “A los pilotos primero se les realizan una batería de tests psicológicos para ver la organicidad y psicología y luego tienen una entrevista con un psiquiatra. Si hay un problema se hace un test especial de acuerdo con la necesidad”, contó el médico. De esta forma, se detectan problemas de insomnio, adicciones o cualquier otro inconveniente traumático que pueda afectar su desempeño.
Luego viene un análisis completo de sangre, de vista, audición, placas radiográficas, nutrición y controles vasculares, como electrocardiogramas, ergometrías, en conjunto con un chequeo médico general. Además, son sometidos a análisis de drogas que detectan cocaína, anfetaminas o marihuana.
Por último, están los estudios neurológicos, donde se ven las reacciones de los pilotos, a través del MCG Test, actualizado por el instituto en conjunto con la Universidad Tecnológica Nacional y el Conicet. “Este test se utiliza para seleccionar pilotos, pero se puede aplicar a los motormen. En él se ve la acción de los núcleos de la base del cerebelo, cuál sería la reacción ante una situación equis.”
Más allá de esto, Hünicken dijo que los exámenes psicofisiológicos son una “fotografía del momento” y no pueden predecir patologías súbitas donde entraría a jugar la figura del copiloto. “Los pilotos y los ferroviarios son dos culturas distintas. No desde la responsabilidad, sino a nivel de las características, ya que el medio aéreo es antinatural, a diferencia de trabajar sobre tierra. Nosotros buscamos aportar una forma de hacer los exámenes de acuerdo con protocolos internacionales y se tomará lo que resulte conveniente o pueda llegar a servir. Es un apoyo necesario en momentos en que se busca resolver la situación”, opinó.
En tanto, Randazzo adelantó que, en el caso de que alguno de los conductores no llegue a los niveles requeridos, “se verá el protocolo de reconversión, qué aptitud no cumple, y si es posible superar esa exigencia se lo incorporará, pero si no, se lo desplazará a cumplir otra tarea, siempre respetando la intangibilidad de su salario”.
El 25 de octubre pasado, el Gobierno anunció que tomaba el control total de la línea Sarmiento tras el último accidente ocurrido el 19 en la estación Once, así como también las nuevas medidas de seguridad para todo el sistema de transporte ferroviario.
En cuanto a la vuelta al Estado, la Resolución 1244 dio cuenta del incumplimiento de la hasta ese entonces gerenciadora Ugoms en cuanto a las medidas de control a maquinistas impulsadas por Transporte a raíz del accidente en la estación Once de febrero de 2012, que dejó 51 muertos, y luego del choque de trenes en Castelar en abril de este año, con tres víctimas fatales.
La Resolución 1243 detalló las nuevas medidas de seguridad que buscan evitar nuevos siniestros. Así, los trenes de las líneas Mitre, Sarmiento y de la ex concesionaria Nuevo Tren de la Costa Sociedad Anónima deben reducir la velocidad a 5 kilómetros por hora 20 metros antes de llegar a la punta de plataforma de la estación terminal, disminuyendo esa velocidad hasta su detención absoluta aproximadamente 20 metros antes de la línea de paragolpes.
Además, a partir de esa resolución, los conductores de las formaciones ferroviarias de los ramales eléctricos de todas esas líneas y también de la Urquiza están acompañados por el jefe de tren en el interior de la cabina en el último tramo del recorrido.
Informe: María Julieta Rumi.
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