SOCIEDAD
› EL SUBCOMISARIO ACUSADO POR UN SECUESTRO NO APARECE
“Hernández sabe muchos nombres”
De investigador a prófugo, el status del comisario José Alberto Hernández sigue sin modificaciones. Ex titular de la DDI de Lomas de Zamora fue acusado de secuestrar a un hombre y de pedir 48 mil pesos de rescate para liberarlo. Simultáneamente, Hernández había quedado al frente de la investigación por el secuestro de Diego Peralta y trabajó en el caso de Antonio Echarri. En ambos casos surgieron evidentes pruebas de la participación policial en los secuestros. Hernández cayó bajo el riguroso “análisis” gubernamental a partir de su procesamiento, pero igual siguió al frente de Investigaciones de Lomas de Zamora, hasta que pidieron su captura y escapó. “Sabe demasiados nombres como para que lo encuentren”, dijo a Página/12 un ex comisario de la Bonaerense.
Adrián Tocci, Pedro Fernández, Osvaldo Lorenzón y el mentado Hernández tienen tres cuestiones en común. Los cuatro son policías de la Bonaerense, los cuatro investigaban secuestros en la jurisdicción de Lomas de Zamora, y los cuatro son prófugos de la justicia por cometer el delito que debían investigar. Hernández encabezaba la DDI de Lomas de Zamora, luego pomposamente proclamada como Brigada Antisecuestros de esa localidad.
Como subcomisario, ya había sido detenido por extorsionar a un comerciante de la zona de El Jagüel. Los policías ingresaron a su casa con supuestas órdenes de allanamiento, y después de robar electrodomésticos y 20 mil pesos amenazaron al comerciante con armarle una causa si no ponía más plata. El comerciante hizo la denuncia y Hernández marchó preso. El cambio de carátula lo dejó en libertad. Para entonces, el subcomisario acusaba a una oscura interna: “Me hicieron la cama”, decía a cuanto medio se le cruzara en su camino.
La supuesta investigación de Hernández y compañía derivó en la búsqueda de una banda de piratas del asfalto. Uno de los sospechosos, de apellido Gómez, fue llevado detenido a la Brigada que encabezaba Hernández. Gómez fue extorsionado hasta pagar 48 mil pesos y un Chrysler Neón. Pero tuvo la habilidad de dejar pruebas de su presencia en la Brigada. Con esas pruebas el fiscal Ricardo Bruzzone pidió su captura.
Hasta ese momento, Hernández había salido airoso de su currículum: encabezó la investigación por el secuestro de Diego Peralta, investigación de la que debió excusarse a mitad de camino porque fue citado como procesado por la extorsión al comerciante de El Jagüel. Pese a todo, fue designado al frente de la búsqueda de Antonio Echarri. A Echarri lo encontró, aunque curiosamente se le escapó quien lo custodiaba, Ezequiel Di Cugno, hijo de un ex policía de la Federal. Di Cugno sabía demasiado: apareció muerto. Pese a haber sido detenido por extorsión al comerciante y pese a haber sido procesado por el secuestro del pirata del asfalto, Hernández fue premiado con su ascenso. Ahora, tras el pedido de captura, Hernández pasó a ser prófugo de la justicia y quedar bajo el riguroso análisis interno.