SOCIEDAD
› EXTRAÑO ASALTO A UN PSIQUIATRA DEL CASO GRASSI
“No fue robo, fue una intimidación”
“No fue un simple robo, fue un acto intimidatorio por defender los derechos de estos chicos”, denunció ayer el psiquiatra Enrique Stola, quien asistió y contuvo emocionalmente a “Gabriel” y “Ezequiel”, los menores que son los principales testigos de cargo en la causa por abuso sexual en la que está acusado el sacerdote Julio César Grassi. Stola fue asaltado y maniatado el viernes pasado al mediodía, en su domicilio de la calle Rodríguez Peña, entre Tucumán y Lavalle, a cuatro cuadras del Palacio de Tribunales. Cuando ocurrieron los hechos, en la casa sólo estaban una empleada y la hija del profesional, de 12 años. El ladrón, que se había adueñado de mil dólares, una computadora y un equipo de música, optó por quedarse y esperar la llegada de Stola, mientras se probaba la ropa que el psiquiatra tenía en el placard.
Cuando llegó, Stola observó el desorden y llamó a su hija, quien le respondió angustiada, desde su pieza. “Cuando voy me encuentro con un sujeto que me amenaza de muerte, me hace tirar al suelo, me ata las manos y los pies”. El ladrón luego salió de la habitación y asomándose por una ventana le gritó a alguien que lo esperaba en la calle: “Boludo, ¿no te diste cuenta que entró? ¿Qué estás mirando?”. Después cargó en varios bolsos las cosas que quería robar y cerró la puerta del departamento con las llaves que le había sacado al dueño de casa.
Stola fue autor de un contundente informe pericial que confirmó la veracidad de la denuncia de pedofilia contra el sacerdote y ahora sospecha que lo que sufrió “no fue un simple robo sino un acto intimidatorio” relacionado con su defensa de “Gabriel” y “Ezequiel”. Hace dos meses, frente al domicilio de Stola apareció un graffiti en el que se lee: “Grassi rompe culos - Putos”. Desde entonces, sus vecinos le preguntaban si no tenía miedo. A su vez, una sigla –que intenta imitar a la de los anarquistas– fue pintada en la puerta de entrada a la casa de Stola. Lo peor llegó el viernes, con el ataque. Una semana antes sufrió un asalto en su domicilio Aníbal Vega, el tutor de “Ezequiel”. Tres días antes le habían pegado en la puerta un afiche de la Fundación Felices los Niños.