La población argentina es cada vez más vieja. Mientras crece la porción de gente con 65 años o más, disminuye paulatinamente la franja de menores de 15 años, según datos del último censo difundidos ayer por el Indec. Las personas de la tercera edad ya representan casi el 10 por ciento de los habitantes del país, un porcentaje superior al registrado una década atrás. El principal motivo de este fenómeno –característico de los países desarrollados– es el menor número de hijos que tienen las parejas. Pero el envejecimiento demográfico no es homogéneo en todo el territorio: en la ciudad de Buenos Aires –la más envejecida, con una proporción de hijos por mujer de 1,5–, los mayores de 64 años son el 17 por ciento de la población, pero en Misiones, apenas el 5,4 por ciento. “A futuro esta tendencia se consolidará y profundizará como también la femenización de la población, ya que los hombres mueren más jóvenes: así mientras el promedio cada 100 hombres es de 105 mujeres, en el estrato de 65 años y más este número crece hasta 146 mujeres cada 100 hombres”, informó Gladys Massé, directora de Estadísticas Poblacionales del Indec.
Otro dato novedoso es que disminuyó el porcentaje de extranjeros a sólo el 4,2 por ciento del total de habitantes. Según los nuevos números del Censo 2001 dados a conocer ayer, unos 3.587.620 habitantes tienen más de 64 años, lo que representa el 9,9 por ciento de la población total, estimada en 36.260.130 personas. Una década antes, el registro había sido de 8,9 por ciento. “El punto de inflexión se da en 1970. En ese censo se llega al 7 por ciento que es la marca planteada internacionalmente para considerar a una población envejecida”, explicó Massé a Página/12. La funcionaria enfatizó que estos datos son relevantes porque ponen claridad sobre las necesidades de la población, ya que “en esta condición, por ejemplo, se demandan más servicios de salud”.
No es un fenómeno aislado. “Es una tendencia mundial. Incluso, algunas poblaciones del Africa subsahariana están comenzando a entrar en este proceso, siempre relacionado principalmente con la caída de la natalidad”, apuntó Alejandra Pantelides, investigadora del Conicet en el Centro de Estudios en Población (Cenep). Las estadísticas internacionales indican que Italia es el país con más alta tasa de envejecimiento (17 por ciento) seguido por Francia, Japón y España con índices superiores al 15 por ciento detalló Massé y precisó que, dentro de la región, Uruguay presenta los índices más altos, con un 12,8 por ciento de su población dentro de la llamada tercera edad; Chile tiene un 7 por ciento y Bolivia, Brasil y Paraguay, un 5 por ciento.
De acuerdo al Indec, en la Argentina el aumento del envejecimiento de la población se debe a “la caída sostenida de la fecundidad y en menor medida al descenso de la mortalidad y por el envejecimiento de los migrantes extranjeros”. “La diferencia entre Argentina y Uruguay es que nuestro país recibió hasta la Segunda Guerra Mundial un fuertísimo flujo inmigratorio, sobre todo de hombres jóvenes, que rejuveneció a la población.
Por contrapartida, los chicos y adolescentes menores de 15 años registrados por el Censo 2001 llegaron al 28,3 por ciento de la población, después de haber representado el 30,6 por ciento en 1991. Sobre el total de 36.260.130 habitantes; 10.247.695 son personas entre cero y 14 años.
El relevamiento poblacional determinó, además, la predominante presencia femenina entre los habitantes del país: hay 105 mujeres por cada 100 varones.