En el juicio por el crimen de la adolescente Natalia Di Gallo, cuyo cadáver fue encontrado hace una década en el parque Pereyra Iraola, en Berazategui, ayer los padres y la prima de Di Gallo declararon que el principal imputado alcoholizó y “tocó” a la víctima la noche previa a que fuera raptada. Juan Di Gallo, Hilda González y Karina Di Gallo fueron los tres primeros testigos del debate oral citados por los miembros del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 4 de Quilmes, Alberto Ojeda, Mario Caputo y Andrea Calaza.

El proceso a los dos imputados en la causa, Nicolás Gómez, de 29 años, y Daniel Feliciano Ojeda, de 40, se inició pasadas las 11 en la sala B del primer piso de los Tribunales de Quilmes. Los tres familiares fueron consultados por el fiscal del juicio, Claudio Pelayo, y el abogado del particular damnificado, Daniel Mazzocchini, acerca de las dos salidas de Natalia con Gómez, quien la pasó a buscar en su auto el sábado 27 de diciembre de 2003 y la noche siguiente, una cita tras la cual nunca regresó.

La prima de Di Gallo contó que la adolescente le dijo por teléfono el domingo 28 de diciembre que Gómez la había llevado a bailar a un boliche de Morón, que terminó alcoholizada y que el imputado aprovechó su estado para hacerle “un chupón” en un pecho y tocarle la cola. “No sabía por qué se descompuso, se sentía mal, muy mareada. Le pidió que la lleve a la casa y cuando estaba subiendo le toca el culo”, recordó Karina, quien agregó que su prima le dijo que “estaba asustada, que se enojó y le pegó un cachetazo”. Por su parte, los padres de Natalia aseguraron que su hija les dijo antes de salir la noche que fue asesinada que Gómez “no le gustaba”, que le parecía “feo” y que sólo saldrían “a cenar”.