SOCIEDAD
› UN PRIMO DE BLAS ALTIERI BALEO A SU EX MUJER Y SU PAREJA
El drama que la Justicia no escuchó
Domingo Altieri, primo del intendente de Pinamar, disparó tres tiros a su ex esposa y dos a su nueva pareja. La mujer había denunciado varias veces en la comisaría que el hombre la amenazaba. La última vez fue el viernes pasado. Pero la Justicia nunca actuó.
› Por Horacio Cecchi
Quizás, lo que más tocaba a Mingo Altieri al mirarse al espejo era haber perdido el símbolo de su propiedad marcado a fuego en el apellido de su ex mujer, cuando todavía lo era: Carina “de” Altieri. Esa preposición posesiva sobrevivió durante 16 años de matrimonio en beneficio del propietario y a expensas de su ahora ex. Hace cuatro años, Carina decidió dejar de ser de alguien para intentar ser suya propia o elegir ser de quien se le antojara, y se separó. A partir de entonces fueron incontables las veces que escuchó de boca de Mingo la oscura sugerencia: “O sos mía o no sos de nadie”. Y fueron incontables las denuncias que presentó. Respuesta no tuvo, lo que es toda una respuesta. Fue tal su desesperación que llegó a pedir ayuda a Blas Altieri, intendente de Pinamar y primo hermano de Mingo. Ayer, tres días después de la última denuncia, Mingo siguió a Carina, que iba a un encuentro con su pareja, Osvaldo Cura. La baleó sin más. Carina resultó herida de tres balazos y su pareja de dos. Mingo, ahora, es prófugo de la misma Justicia que durante cuatro años le sostuvo el espejo.
De Domingo Altieri en Pinamar se sabe poco. Al menos ahora, cuando curiosamente Mingo quedó en boca de todos. Se sabe que es hijo de Dante, ya fallecido. Dante era hermano de Leonardo, a su vez padre de Blas Altieri, actual intendente de Pinamar, lo que transformó el vínculo de Blas y Mingo en el de primos hermanos.
También se sabe que tiene 46 años y que le endilgan el estatus de “empresario”, aunque no está demasiado claro el rubro. “Tiene un vivero”, señaló una fuente pinamarense a Página/12. “No tiene un trabajo estable, se dedica a los desmontes”, señaló otra. “Alquila propiedades que le dan en consignación”, confió una tercera. De todos modos, las tres fuentes coincidieron: “Es un poquito desequilibrado”. También aseguraron que más que el lazo sanguíneo nada unía al desequilibradito, según las fuentes, con el jefe comunal. “Estaban muy distanciados, nunca se veían, Mingo jamás formó parte del círculo familiar del intendente”, aseguraron a este diario fuentes de la Municipalidad.
Hace unos veinte años, Mingo Altieri y Carina Cataldi, hoy de 38, se casaron. Tuvieron dos hijas, la mayor ahora de 19 años y la menor ahora de 15. Aunque nadie se refirió a la historia matrimonial, es de suponer que el sentido de la posesión lleva implícito que uno posea a la otra, uno como dueño de la otra. Y en ese sentido, no parece importar qué haga el propietario sino la poseída para que se desencadenen los problemas. En 1999, la pareja Mingo-Carina se disolvió. Y a partir de allí, roto el vínculo, quedó el vacío. Y comenzaron los problemas. Para Carina, claro. Según aseguró Miriam Cataldi, madre de Carina, “las amenazas no vienen de ahora. Hace tiempo que mi hija sufría amenazas. Hace tiempo que ella venía haciendo denuncias, pero la Justicia jamás las atendió. Hizo miles de denuncias. Si la Justicia les hubiera prestado atención, todo esto se hubiera evitado”.
“La pobre mujer era amenazada todo el tiempo –señaló a este diario una fuente policial pinamerense–. En los últimos tres meses presentó tres denuncias. El viernes 29 pasado la señora se presentó en la comisaría y volvió a hacer la denuncia por amenazas. Nosotros, así como recibimos las denuncias las derivamos a la fiscalía de Dolores. Si la Justicia hubiera ordenado poner una custodia, la hubiéramos puesto, pero nunca nos dieron esa orden”.
Tan desesperada estaba Carina que la semana pasada se reunió con Blas Altieri. “Le pidió que, dado su vínculo familiar, intercediera para frenar de alguna forma a Domingo –reveló a este diario una fuente cercana al intendente–. Blas le dijo que no tenía ningún contacto con él y le recomendó que presentara la denuncia para que le impusieran una restricción”. Sin otra alternativa que repetir lo que ya había fracasado,el viernes pasado, como confirmaron las fuentes policiales, se presentó en la comisaría a proseguir con la inutilidad del trámite.
El lunes pasado, alrededor de las nueve y media de la noche, Dino Sánchez, jardinero empleado de Carina, llevó en auto a la mujer al encuentro con su actual pareja, Osvaldo Cura, dueño del apart hotel Torrecillas, de Cariló. La idea era que Sánchez dejara a Carina y regresara el auto a la casa. Una versión señala que en el camino Carina advirtió que era seguida por la 4x4 gris Mitsubishi Montero de su ex marido y, asustada, se comunicó con su pareja. Según esa versión, ambos convinieron encontrarse en la estación de servicio Shell ubicada en la entrada de Cariló, del otro lado de la ruta 11, o sea en jurisdicción de General Madariaga, según aclararon en la subcomisaría de Cariló. La otra versión sostiene que nadie advirtió que Carina era seguida.
Lo cierto es que en la estación de servicio, Carina fue atacada por Mingo sin advertencia previa. Se acercó a ella y con su revólver calibre 32, arma de guerra, disparó una, dos, tres veces, pese a que la mujer ya había caído. Y hubiera seguido tirando de no ser porque apareció Cura, que recibió dos balazos. También intentó disparar contra un empleado de la estación de servicio, pero no lo hizo. Huyó. A las seis de la madrugada empezó el rastrillaje en la zona de Médanos. Fueron allanadas tres viviendas. Una en Ithaca 449, chalet llamado Libras II, perteneciente al padrastro de Mingo. Allí hallaron la 4x4 y la calibre 32 con cinco balas servidas y una lista para disparar. También allanaron La Nevada, la casa de Mingo, en La Victoria 3833, y otra llamada El Bagual, en el cruce de Hayas e Ilíada. Todas en Pinamar. A Mingo lo buscan en General Madariaga y Mar de Ajó, ahora, después de los disparos.
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