SOCIEDAD › EL EQUIPO DE AJEDREZ QUE PARTICIPARá EN EL MUNDIAL DE NORUEGA FUE HOMENAJEADO EN TECNóPOLIS
Partidas simultáneas con chicos y adultos y partidas con ajedrez gigante. El equipo argentino de ajedrez olímpico que participará en los Juegos de Noruega fue despedido en Tecnópolis. Mucho público entre profesores, aficionados y funcionarios.
El equipo olímpico de ajedrez argentino que viajará a Tronso, Noruega, para participar de la 41ª edición de los Juegos, fue despedido ayer en un acto en la megamuestra Tecnópolis en Villa Martelli, localidad bonaerense de Vicente López. La jornada contó con música en vivo a cargo de Tocada Movida, partidas de ajedrez en tablero gigante y simultáneas entre los jugadores y el público. Juan Carlos Hase, un emblema del deporte, dio un discurso en el que resaltó al ajedrez como “el juego más inclusivo de todos, porque no discrimina edad, ni sexo, ni condición social”, y recordó a Gustavo Bruzzone, representante de Santa Fe en varios torneos de ajedrez, desaparecido en 1977 y cuyo cuerpo fue identificado a principios de mes por el Equipo Argentino de Antropología Forense. Luego, los jugadores y funcionarios del Ministerio de Cultura de la Nación se tomaron una foto con una bandera de la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo que decía “Resolvé tu identidad ahora”.
El espacio Ajedrecear del Ministerio de Cultura de la Nación, frente a la Plaza de las Banderas de Tecnópolis, se colmó de personalidades del ajedrez nacional. Docentes, amateurs apasionados, jugadores y algún que otro curioso se hicieron presentes para despedir al equipo argentino de ajedrez que va a competir en unos días en las Olimpíadas que se realizarán en Noruega. Cinco de los diez jugadores federados que representarán al país, a partir del 2 de agosto, interactuaron con el público: corearon canciones de aliento, jugaron ajedrez en formato gigante y en partidas simultáneas. Se entregó al equipo una bandera argentina en la que los presentes escribieron palabras de aliento.
“A diferencia de otros años en que el camino a las Olimpíadas había sido más arduo, este año estuvo todo más organizado y encima recibimos el aliento de todas estas personas, que es totalmente inu-sual para el ajedrez. Al ver toda esta gente acá despidiéndonos, sentimos una emoción muy grande”, aseguró Diego Flores (31 años), a punto de jugar su quinta olimpíada. Carolina Luján (29), coincide: “Este es mi séptimo torneo, juego desde los 17 años y es la primera vez que nos hacen algo así. Hoy irnos en un marco de festejo hace que nos carguemos de una motivación especial”.
Las Olimpíadas de Ajedrez, también conocidas como Mundial de la especialidad, se juegan cada dos años desde 1927 y son organizadas por la Federación Internacional de Ajedrez (FIDE en inglés). Participan del torneo 160 países. Se compite en forma abierta para la categoría masculina, y por niveles en la categoría femenina. Cada grupo está conformado por cuatro jugadores y un suplente.
Se juega de manera individual, pero se suman los puntos. “Veo que lo que más ha cambiado desde mi época –jugué mi primera olimpíada en 1972– son las proyecciones de los jugadores. Todo aquel que desee puede acceder a ser parte de este equipo. Es decir, se amplió el acceso al ajedrez”, destaca Hase, quien además participa de la agrupación Peón Vuelve, en la que se busca divulgar este juego histórico y que sostiene una identidad política.
En cuanto al entrenamiento, Marisa Zuriel (31), ex campeona argentina y subcampeona continental, aseguró que “cada uno entrena por separado, hay entrenadores y clubes para ir, pero hoy la principal herramienta que tenemos son los programas de computación. Uno tiene que estudiar más o menos 3 a 4 horas por día para mantener un buen nivel”. Luján, actual campeona continental, afirmó que muchas veces es dificultoso para los jugadores dedicarle el tiempo que desearían. “No es un deporte como el tenis o el fútbol, pero cuando es un torneo a nivel federativo, por suerte tenemos apoyo del gobierno nacional, de la Secretaría de Deportes, o accedemos a becas”.
La mayoría de los jugadores comenzaron de muy pequeños, incentivados por su familia, y han participado en torneos de clubes y en el país. Florencia Fernández (22) dijo que se inició “a los 8 años, mi papá sabía jugar y empecé a mover las piezas. En la escuela había un taller de ajedrez, después empecé a jugar torneos y voy por mi tercera Olimpíada”. En sintonía, Federico Pérez Ponsa (20), que por primera vez participará del Mundial, aseguró que comenzó a jugar a los cinco años. “Cuando cumplí cinco, mi abuela me regaló un juego de ajedrez. Después mi papá, que organizaba torneos en Zárate, me enseñó a jugar y ya de chico empecé a participar en torneos escolares. Me lo empecé a tomar más en serio en 2008, cuando salí campeón argentino.”
Informe: Laura Guarinoni.
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