El SARS vuelve al ataque. A dos meses de que la OMS declarara el fin de la epidemia, un nuevo caso de la enfermedad se conoció ayer en Singapur, lo que desató la psicosis colectiva e hizo temblar nuevamente la vapuleada economía del diminuto país asiático. Se trata de un joven científico de 27 años de origen chino que llegó el lunes al hospital con un fuerte cuadro de tos y fiebre muy alta, por lo que de inmediato se lo aisló y se le realizaron los exámenes pertinentes que finalmente dieron positivo.
“En principio creemos que es un caso aislado, ya que nadie de la familia ha mostrado signos de la enfermedad”, explicaron desde el Ministerio de Salud. Por el SARS murieron alrededor del mundo 916 personas.
En forma premonitoria, el director de la OMS, Lee Jong-Wook, había instado el lunes pasado a las naciones asiáticas a reforzar las medidas preventivas para evitar un rebrote del SARS con la llegada de los primeros fríos al continente asiático. “El invierno es un momento propicio para este tipo de enfermedades y tenemos que prepararnos para el rebrote”, dijo el funcionario sin saber que 24 horas después sus palabras se convertirían en realidad.
El mismo lunes por la noche, mucho antes de que llegara el invierno, un científico de 27 años que trabaja en uno de los laboratorios pioneros en el estudio del SARS llegó al hospital Tan Tock Seng con un fuerte cuadro febril, que finalmente fue diagnosticado ayer como un síntoma de la enfermedad. “Es raro que se haya contagiado en el laboratorio porque nunca entró en contacto con el coronavirus que provoca el SARS. En verdad, trabaja con el virus West Nile”, dijeron los médicos, quienes de inmediato aislaron tres salas del centro como medida preventiva.
Singapur había sido retirada de la lista de países afectados, luego de que 33 personas murieran dentro de sus fronteras.