“La restricción de los recursos de los hospitales también es una especie de corralito”, consideró Reynaldo Saccone, titular de la Cicop, entidad que nuclea a los médicos bonaerenses. La organización advirtió sobre los riesgos que corren los pacientes que no son operados a tiempo, por la suspensión de las cirugías programadas. Además, dio la voz de alerta sobre los peligros que implica discontinuar un tratamiento por la falta de medicamentos. Mayor cantidad de descompensaciones de diabéticos, incremento de accidentes cerebrovasculares e infecciones severas en los chicos, son algunos de los cuadros que se están viendo en los hospitales provinciales y podrían evitarse, si se contara con los recursos necesarios. En este marco, los cirujanos cardiovasculares tuvieron ayer su propia jornada de protesta en rechazo a la falta de insumos para operar.
“El problema es que no hay insumos y no se puede operar, por lo que quienes tienen que someterse a una cirugía que mejoraría su calidad de vida no pueden hacerlo con la prontitud requerida”, explicó a Página/12, Reynaldo Saccone de la Asociación Sindical de Profesionales de la Salud de la provincia de Buenos Aires. Esta situación “obliga a una jerarquización, ya que los pocos recursos que hay se destinan a las urgencias”. Los médicos bonaerenses se movilizarán el próximo jueves 7 de marzo.
El diagnóstico es alarmante sobre todo en el área de la cirugía cardiovascular. Los profesionales del sector realizaron ayer “una jornada de protesta, no es un paro porque el paro se hace de hecho ante la inexistencia de elementos necesarios para trabajar”, señaló Adolfo Saadia, vicepresidente del Colegio Argentino que reúne a 640 especialistas de todo el país. “Requerimos prótesis, válvulas cardíacas, agujas de sutura y todo esto es importado al costo del dólar libre, o sea imposible de afrontar”, agregó. Saccone resaltó que “pareciera que hay que esperar que los cuadros se compliquen” y se vuelvan urgentes.
Lo mismo ocurre cuando se discontinúa un tratamiento por falta de medicación. “Una persona hipertensa necesita remedios para regular la presión y generalmente otros para reducir el colesterol, que se presenta como patología asociada –indicó el titular de Cicop– La gente que deja de tomarlos durante determinado período tiene mayores probabilidades de sufrir accidentes cerebrovasculares, que pueden provocar hemiplejias, afasia o parálisis, entre otras incapacidades.”
“Muchas enfermedades libradas a su evolución natural en una persona mal alimentada, con estrés psicológico y físico, puede llegar a cuadros peores”, sintetizó Saccone en referencia a la población que concurre a los hospitales provinciales, incrementada por “los nuevos pobres, aquellos trabajadores despedidos que ya no tienen obra social”. La operación de una lesión en la vesícula, por ejemplo, podría ser postergada pero “la persistencia del cálculo podría llevar a un cuadro agudo y ahí sí podría poner en riesgo la vida del paciente”. La situación es aún más crítica si se tiene en cuenta que se observan casos de chicos cuyas bronquitis no tratadas pueden terminar en “cosas más graves, como derrames de pus en el pulmón”.
En tanto, Saadia destacó que su área “actúa sobre una de las causas de muerte más importantes del país” y criticó que “este conflicto ya viene de lejos pero ahora hizo crac, después de tocar muchos timbres y que no haya respuesta”. “Es una protesta frente a una situación catastrófica”, señaló el especialista. El Colegio denuncia que en distintos hospitales del conurbano hay listas de espera de un año y medio a dos para operaciones del corazón. “Están claras las diferencias entre el que tiene recursos económicos para comprar una prótesis de 5.000 dólares y el que no”, concluyó.