La pareja, de 57 años, salía del cine de Unicenter, en Martínez, pasada la medianoche del lunes, en su Peugeot 206. Cuando tomaba por la colectora hacia la ruta Panamericana, a la altura de Edison, fue interceptada por al menos cuatro delincuentes que viajaban en un Gol blanco. Al intentar eludirlos, la pareja chocó contra la puerta del Gol. Siguió su marcha mientras desde atrás empezaron a disparar. Abel Evelson, el conductor, continuó viaje unas cuadras, hasta descubrir que su esposa, Dora Burtzei, había sido herida en la cabeza y la espalda. La llevó hasta el Sanatorio Trinidad de San Isidro, pero la mujer falleció. La banda, entretanto, asaltó a un taxista y huyó hacia Ciudadela. Unas horas antes, al tornero Gustavo Manelli, de 34 años, lo asaltaban en la puerta de su casa, en San Martín, para robarle su Alfa Romeo. Manelli forcejeó con los delincuentes, le pegaron dos tiros y murió desangrado.
Alrededor de la 1 de la mañana del lunes, Abel Evelson y su esposa Dora Feliza Burtzei de Evelson, decoradora, salían del shopping Unicenter, ubicado en Paraná y Panamericana, Martínez, en dirección a su casa, en San Fernando. Tomaron por Edison, a espaldas del centro comercial, y siguieron hacia la colectora de la Panamericana, en dirección a Yrigoyen. Pero al llegar a la colectora se toparon con un Volkswagen Gol blanco, cruzado sobre la calle.
Que no se trataba sólo de un auto mal estacionado se enteraron inmediatamente, cuando el conductor y su acompañante bajaron armados del Gol. La sorpresa fue tal que Evelson chocó contra la puerta del conductor. Inmediatamente giró, intentando eludir el escollo y tomó por la colectora hacia el norte, hacia la avenida Yrigoyen, a cuatro cuadras del lugar.
Mientras efectuaba la maniobra, Evelson escuchó disparos, incluso algunos que hicieron impacto en su Peugeot. Aterrado, el conductor siguió mientras descubría que el Gol los seguía. Fue por unas pocas cuadras. A la altura de Yrigoyen comprobó que los perseguidores habían abandonado la carrera. Pero no alcanzó a tranquilizarse. En el asiento del acompañante, su esposa, se encontraba inconsciente y bañada en sangre.
Sin poder comprender realmente la pesadilla, desesperado, se dirigió a la clínica Trinidad de San Isidro. Allí, Dora Burtzei fue atendida por la guardia, pero falleció como resultado de dos impactos de bala, uno en la cabeza, y otro que ingresó por la espalda y atravesó su corazón.
“Presumimos que es gente de la zona de Villa Pineral, en Caseros –dijo a Página/12, el comisario inspector Aníbal de Gastaldi, director de la DDI de Zona Norte–, porque empezaron el raid en esa zona y lo terminaron también cerca de ahí.” El rastro que pudieron detectar los investigadores de la DDI señala que el Gol blanco fue denunciado como robado en Ciudadela. El siguiente rastro aparece en la colectora y Edison, a espaldas de Unicenter. “Parece que persiguieron al matrimonio unas cuadras, pero cuando comprendieron que el caso se complicaba, decidieron dejar la persecución”, señaló De Gastaldi.
El Gol blanco de Ciudadela apareció abandonado debajo de un puente de la Panamericana, aún dentro de la localidad de Martínez. El lugar coincide con el asalto a un taxista, al que le robaron su vehículo, un Renault 9. El auto apareció a las pocas horas, en Villa Pineral, localidad de Caseros.
Unas horas antes de la trágica persecución del matrimonio Evelson, un tornero de San Martín, Gustavo Manelli, de 34 años, fue asesinado cuando intentaban robarle su Alfa Romeo, en la puerta de su casa. Alrededor de las siete de la tarde, Manelli regresaba con su familia a su casa, ubicada en La Crujía y Morello, en la localidad de San Andrés, partido de San Martín. Estacionó el auto sobre la vereda y, mientras su familia entraba en su casa, se demoró reuniendo pertenencias. Dos hombres armados se introdujeron entonces en el Alfa Romeo y ordenaron a Manelli que condujera. El tornero obedeció y arrancó. Pero tras avanzar unos metros comenzó a forcejear con uno de los delincuentes. El segundo de losasaltantes disparó dos veces. Herido en el tórax, el tornero siguió conduciendo, pero a los pocos metros, se desvaneció. Sin control, el auto chocó contra un árbol. Los dos delincuentes escaparon y Manelli murió desangrado.