SOCIEDAD
› EL HURACAN ISABEL PROVOCO 17 MUERTES EN LA COSTA ESTE DE EE.UU.
Un asesino a 165 kilómetros/hora
El huracán, que ayer se convirtió en tormenta tropical, dejó un tendal de víctimas, inundaciones, cortes de luz, caída de árboles y accidentes de autos. Virginia y Carolina del Norte, los estados más perjudicados, fueron declarados zona de desastre.
El huracán Isabel atravesó ayer la costa este de los Estados Unidos y, antes de convertirse en tormenta tropical, dejó 17 muertos y provocó inundaciones y cortes de energía que afectaron a más de cuatro millones de personas. En los estados de Virginia y Carolina del Norte –declarados zonas de desastre por el presidente estadounidense George W. Bush– hubo 12 muertos y, al igual que el jueves, las escuelas y oficinas gubernamentales en Washington estuvieron cerradas. Las pérdidas serían de casi dos mil millones de dólares.
A medida que ingresaba en el continente, el huracán Isabel disminuía su intensidad y ayer, ya degradado en tormenta tropical, continuaba su movimiento hacia el norte en dirección a los Grandes Lagos, en Canadá. En su recorrido por la costa este de los Estados Unidos (ayer abandonó Washington y atravesó una parte de Nueva York), provocó la muerte de nueve personas en Virginia, tres en Carolina del Norte, dos en Maryland y el resto en Pennsylvania, New Jersey y Rhode Island.
La mayoría de las muertes ocurrieron por los fuertes lluvias y vientos - que el jueves tenían una velocidad de 165 kilómetros y ayer descendieron a 60– que provocaron caída de árboles y postes de luz, accidentes automovilísticos y desbordes de ríos. En Carolina del Norte un electricista falleció electrocutado cuando intentaba conectar un equipo y otras dos personas murieron aplastadas por árboles que cayeron en sus casas.
El presidente Bush declaró zona de desastre a 26 condados de Carolina del Norte y 18 de Virginia mientras que los gobernadores de esos estados junto con los de Delaware, Maryland, Pennsylvania y New Jersey mantuvieron la emergencia en sus jurisdicciones.
El jueves el huracán había ingresado por los outer banks (las islas paralelas a las costas de Virginia y Carolina del Norte) con la categoría 2 en la escala Saffir-Simpson (que va del 1 al 5) y durante la noche cruzó Washington con ráfagas de 80 kilómetros, pero ayer a la mañana se trasladaba a 35 kilómetros y se había convertido en una tormenta tropical que desaparecerá entre hoy y mañana, según informó el Centro Nacional de Huracanes (CNH).
Los cortes de energía afectaron a 4,5 millones de personas que continuaban sin luz y agua. En Washington 1,2 millón de personas estaban sin electricidad en sus casas: “Es la peor tormenta que hemos sufrido; la mayoría de nuestros clientes tuvieron problemas”, dijo el gerente de emergencias de la empresa Pepco, que distribuye energía en la capital y Maryland. En Virginia 1,8 millones de usuarios tuvieron cortes de luz y según informó la empresa de electricidad Dominion, “el restablecimiento de la electricidad llevará mucho tiempo, quizás hasta siete días”. El vicepresidente de operaciones de la compañía señaló que “es el corte más grave en la historia de Virginia”. En algunos distritos las autoridades pidieron a sus ciudadanos que no se duchen para ahorrar agua.
Por segundo día consecutivo, las oficinas gubernamentales de Washington estuvieron cerradas y 350 mil empleados tuvieron un día más de descanso. Con árboles y postes caídos, las calles estaban desiertas: partes de los barrios de Alexandria, Georgetown y Annapolis se inundaron y miles de personas fueron evacuadas. El secretario de Transporte estadounidense, Norman Minetta, dijo a la cadena de televisión CNN que el jueves hubo 5.700 vuelos cancelados por las aerolíneas. También ayer se suspendieron hasta la tarde los servicios de trenes, subtes y aviones. La intensidad que tuvo durante la noche del jueves el huracán en Washington provocó que por primera vez en la historia los soldados que hacen guardia en la Tumba del Soldado Desconocido, en el Cementerio Nacional de Arlington, recibieran permiso para abandonar sus puestos.
Las escuelas y universidades de las principales ciudades de la costa este continuaron cerradas: “Lo único que hice fue sentarme frente a una vela, comer sandwiches y jugar al solitario”, dijo uno de los directores de un colegio secundario en Springfield. Según informó la reaseguradoraalemana Muenchener Ruenk, las pérdidas serán menores a los dos mil millones de dólares.
La temporada de huracanes en el Atlántico empieza el 1º de junio y termina el 30 de noviembre: Isabel es el cuarto huracán que afecta a los Estados Unidos en lo que va del año (los anteriores fueron el Danny y Claudette, en Texas y el Henry, que hace dos semanas pasó por La Florida). Si bien el Isabel no tuvo la intensidad del huracán Floyd, que en 1999 causó 56 muertes y pérdidas por 4.500 millones de dólares, los expertos advirtieron sobre el peligro de mayores inundaciones y sobre la actividad de tornados aislados en Maryland, Delaware, Pensilvania, New Jersey y Nueva York. “El huracán todavía es una amenaza. No será recordado por su fuerza, sino por su enorme extensión”, afirmó el director del CNH. El huracán más devastador en las últimas décadas fue el Andrés: en 1992 afectó a Florida y Lousiana y dejó 41 muertos y pérdidas por 30 mil millones.
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