Las ropas secuestradas durante el allanamiento a la vivienda de Lucas Azcona, detenido por el crimen de la estudiante chilena Nicole Sessarego, estaban “manchadas con sangre” y el juez Luis Zelaya ya ordenó que se determine si pertenece a la víctima.

Las manchas fueron detectadas mediante la aplicación del reactivo Luminol por peritos de la Federal que están trabajando en el caso, confirmaron fuentes con acceso a la causa. En el caso de que el patrón genético de esas manchas efectivamente coincida con el de la joven trasandina, los investigadores consideran que el caso “estaría esclarecido”.

El crimen tuvo lugar el 15 de julio pasado en la calle Don Bosco al 4000, del barrio porteño de Almagro. Los primeros resultados de los exámenes genéticos son esperados para última hora de hoy o mañana, explicaron las fuentes.

No obstante, el juez ordenó ayer otras medidas de prueba complementarias, entre ellas la búsqueda de la tarjeta SUBE que utilizaba el imputado y la realización de un perfil psicológico para determinar sus características, peritaje que, por otro lado, se realiza invariablemente en todos los casos por norma.

En los próximos días declararán como testigos los médicos que realizaron la autopsia sobre el cadáver de Sessarego, quienes serán interrogados sobre las características de las lesiones y si responden a un patrón criminal determinado.

El juez dispuso también certificar con el Poder Judicial de Quilmes dónde vive el imputado y si existen en esa jurisdicción casos aún impunes de mujeres atacadas en circunstancias similares a las que padeció la estudiante chilena.