Aquella noche de agosto de 1999 murieron calcinadas 13 personas cuando el micro en el que viajaban rumbo a Salta se incendió en la localidad santafesina de Fighiera. El único imputado en la causa, Ernesto Escudero, ex chofer de la empresa Almirante Brown a la que pertenecía el vehículo, fue sobreseído ayer definitivamente. En la causa se estableció que el fuego fue intencional, aunque nunca quedaron claros los motivos del hecho. Las versiones incluyeron desde una guerra entre empresas de transporte competidoras hasta lavado de dinero, pasando por contrabando de personas hacia las fronteras. Ahora, el caso quedó en la impunidad.
La jueza de instrucción Alejandra Rodenas explicó que “las tramitaciones van a continuar” porque la última medida “no significa que la causa se haya cerrado”. El hombre tenía 49 años al momento de ser detenido y había trabajado en la compañía entre noviembre de 1998 y abril de 1999, cuando se desvinculó después de un accidente de tránsito ocurrido en la zona sur de Rosario. “Recién a los tres días del choque le enviaron un médico de la empresa para saber cómo estaba y entonces le pidieron que renuncie porque no querían pagarle la indemnización”, había contado en aquel entonces, su esposa Ana. Finalmente, la empresa Almirante Brown había llegado a un acuerdo con Escudero que no lo había conformado demasiado.
La hipótesis de una guerra entre empresas que se disputarían el corredor vial hacia el norte del país (Tucumán, Salta y Jujuy) se vio abonada por el comentario de un hombre que aseguró ante las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) haber recibido un ofrecimiento “para hacer algo contra Almirante Brown” por parte de un gerente de una compañía competidora. Sin embargo, esta persona no pudo ser ubicada para declarar ante la jueza.
El hecho había sucedido el miércoles 11 de agosto cerca de las 23, cuando el ómnibus –con 43 pasajeros y dos choferes– hizo una parada en Fighiera, que muchos aprovecharon para bajarse a cenar. Otros, sin embargo, continuaron durmiendo en el vehículo, sobre todo en el piso de arriba donde resultaron sorprendidos por el incendio. A partir del testimonio de Fanny López, una pasajera salteña, se llegó a la detención de Escudero el 24 de agosto de 1999.
López había asegurado que un hombre “morocho y gordo” había subido al micro con un bolso antes del incendio. En una rueda de reconocimiento, señaló a Escudero como “parecido” al hombre que ella había visto esa noche. De la investigación participaron agentes del FBI y miembros de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE) y Gendarmería, quienes preservaron y analizaron las pruebas recolectadas. A partir de estos estudios se pudo determinar el carácter intencional del incendio, pero no hubo pruebas para encontrar a los autores materiales e intelectuales.
El ex chofer estuvo preso 101 días hasta que el 4 de diciembre de 1999 Rodenas le dictó la falta de mérito. Con la nueva decisión, la jueza aclaró que Escudero quedó “sobreseído definitivamente de lo investigado hasta ahora pero, de aparecer en adelante alguna prueba que lo involucre, podría ser reimputado en la causa”.