SOCIEDAD
Un novedoso sistema para secar la humedad de edificios antiguos
El gobierno porteño estrenará el lunes en una iglesia de San Telmo un nuevo aparato para combatir la humedad a través de electricidad. Si tiene éxito se usará en otras construcciones.
El ascenso de las napas freáticas en San Telmo amenaza el patrimonio histórico de Buenos Aires. La humedad erosiona inexorablemente los cimientos de las edificaciones de la zona, algunas de las cuales tienen alrededor de 300 años de antigüedad. Con la intención de frenar este proceso, la Secretaría de Cultura porteña aplicará, en una prueba piloto, un novedoso sistema eléctrico que contendrá la suba del agua. El método se aplicará en los muros de la iglesia de San Pedro Telmo, ubicada en Humberto Primo 340, y si resulta exitoso podrá emplearse para preservar otras construcciones de la ciudad.
Se trata de un sistema denominado Mur-Sec, que mediante la inversión de polaridades ioniza el agua y contiene su ascenso. Es una pequeña caja que se coloca en las paredes a través de unas perforaciones, y transforma la energía continua en una de bajo voltaje. El sistema se completa con la colocación de un revoque contra el muro, denominado draining, que acelera el proceso de secado sobre el cimiento.
El Mur-Sec fue donado por la empresa Grün Level, que posee también la patente para su distribución en la Argentina. Si esta prueba resulta exitosa, la firma podría decidir su fabricación en el país, lo que reduciría los costos para su aplicación, según señaló a Página/12 la arquitecta Alicia Fernández Boan, a cargo de las tareas de refacción en la iglesia.
Silvia Fajre, subsecretaria de Patrimonio Cultural de la ciudad de Buenos Aires, aclaró que “se trata de una prueba” y anticipó que “si la experiencia es positiva, el sistema puede trasladarse a otros edificios de la zona de San Telmo como la iglesia de San Ignacio, que es el templo religioso más emblemático de la ciudad”. “Lo bueno es que su utilización puede generalizarse y aplicarse en viviendas particulares”, destacó la funcionaria.
El aparato eléctrico se aplicará sobre los muros exteriores de la iglesia de San Pedro Telmo. Un sólo aparato puede secar hasta setenta metros lineales en unos quince días. Su bajo consumo de energía le permite trabajar en forma sostenida durante muchas horas.
Los trabajos para su colocación se iniciarán el próximo lunes y se extenderán por un plazo de dos semanas. Normalmente, la instalación del sistema puede concretarse en un mínimo de tres días. Pero las obras en la iglesia sólo pueden realizarse por las mañanas, y cuando no se oficia misa.
San Pedro Telmo es una iglesia que posee una rica historia que hace a la importancia de su preservación. Su edificación se inició en 1734 por la orden religiosa de los Jesuitas, bajo el nombre de Nuestra Señora de Belén. Pero la construcción quedó interrumpida en 1767, cuando la corona española decidió expulsar a los jesuitas de todos sus dominios, incluso de América.
A medio terminar, fue utilizada durante casi treinta años como depósito de armas y pólvora por la guarnición real española acantonada en el Buenos Aires colonial. Hasta que en 1790, otra orden religiosa, los Bethlemitas, reanudaron las trabajos de construcción que terminaron a fines del siglo XVIII. Erguida en el corazón de San Telmo, la iglesia fue un silencioso testigo de la conformación de la Gran Aldea, las invasiones inglesas, las gestas por la Independencia, las guerras fratricidas que prologaron a la Organización Nacional y los festejos por el primer centenario del país. Hoy, contra la humedad, libra la batalla más importante: permanecer en el acervo cultural de los porteños.
Producción: Leonardo Castillo