SOCIEDAD
A Elena Cruz le sacaron tarjeta roja en un acto con feministas
La diputada se presentó en un acto de la Dirección de la Mujer porteña que encabezó Ibarra. Fue abucheada por las invitadas y expulsada junto a su esposo por una funcionaria de la Ciudad.
› Por Mariana Carbajal
Al grito de “¡que se vaya!, ¡que se vaya!”, la legisladora Elena Cruz fue literalmente expulsada de un acto que estaba por encabezar el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, en la Casa de la Cultura de la Ciudad. La echó la directora de la Mujer, Carmen Storani, luego de que un coro mayoritariamente femenino, liderado por la dirigente travesti Loana, empezó a entonar cánticos en su contra. “Mire, el público ya se expresó. Si usted se queda, el acto no va a comenzar. Va a tener que retirarse”, la intimó la funcionaria con su mejor cara de nada. Pero la diputada –que defendió públicamente al ex dictador Jorge Rafael Videla– pretendió hacer oídos sordos y quedarse. Finalmente, ante el abucheo generalizado, ella y su esposo, Fernando Siro, abandonaron el edificio comunal secundados por un guardia de seguridad.
El deslumbrante Salón Dorado de la Casa de la Cultura estaba colmado de mujeres, en su mayoría feministas y de organizaciones de derechos humanos, algunos legisladores locales y nacionales, figuras como la ex diputada Florentina Gómez Miranda, Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, todos congregados para presenciar la entrega del Premio Lola Mora a la periodista Liliana Daunes como conductora de la “La Rosa de los Vientos”, emitido por FM La Tribu. Se trata de un galardón con el cual el gobierno porteño distingue anualmente al programa de radio, televisión o comercial que mejor promueve y difunde los derechos de las mujeres.
Cuando faltaban minutos para el inicio de la ceremonia y todavía no había llegado Ibarra, Cruz y Siro ingresaron al salón, con actitud petulante, toda vestida de negro ella, de traje gris él. No fueron bienvenidos. Apenas entraron, el público que vio a la actriz empezó a aplaudir, al tiempo que repetía: “¡Que se vaya!, ¡que se vaya!”. El griterío llamó la atención de las organizadoras, la secretaria de Desarrollo Social, Gabriela González Gass, y la directora de la Mujer, Carmen Storani, que estaban ubicadas en la primera fila, lejos de la puerta por la que había entrado la pareja.
El clamor del público no cesaba: “¡Que se vaya!, ¡que se vaya!”, seguía escuchándose. Con el correr de los minutos el repudio fue sumando adherentes. Pero el matrimonio no se inmutó y en actitud desafiante siguió avanzando por el salón en busca de un par de sillas para ubicarse. Storani les salió al cruce. Por entonces, el coro había cambiado de cántico: “¡...como a los nazis les va a pasar/ adonde vayan los iremos a buscar!”. Tanto Cruz como Siro le mostraron a la funcionaria porteña que tenían invitaciones para el acto. Como es habitual en este tipo de actividades, el gobierno porteño suele invitar a todos los diputados.
–Debe haber un error –argumentó, con diplomacia, Storani, dirigiéndose al actor–, usted no es legislador. Mire –agregó, enfrentando a la actriz–, el público ya se expresó. Si usted se queda el acto no va a comenzar.
En un principio, ambos se resistieron a abandonar el lugar. “Ella estaba más dispuesta a irse, pero Siro insistía en quedarse”, contó poco después a este diario Storani. Finalmente, ante la llegada de un guardia de seguridad del edificio, la pareja aceptó retirarse. La expulsión fue coronada con un fuerte aplauso. Recién ahí, el coro guardó silencio. Al salir, la legisladora dijo a la prensa que como desde que asumió en su banca –el 19 de setiembre y hasta el 10 de diciembre– no había visto al jefe de Gobierno, había ido a conocerlo personalmente. Se fue sin verlo. El acto comenzó cuando ya no quedaban rastros de Cruz ni de Siro en la Casa de la Cultura.
El Premio Lola Mora fue instaurado por una ley de la Legislatura y se entrega cada año desde 2000. El ganador es elegido por un jurado integrado por representantes de organizaciones de mujeres, de la Dirección de la Mujer y de distintos bloques legislativos. El programa de Daunes recibió ayer el galardón. González Gass destacó el compromiso de la periodista,”no sólo con los derechos de las mujeres sino también con los derechos humanos”. Ibarra destacó que el sentido del premio “es reivindicar los derechos igualitarios y la no discriminación hacia las mujeres”, pero “es una pelea que debe ser permanente y colectiva en la que nos tenemos que involucrar todos como sociedad”.
Junto a la entrega del Premio Lola Mora 2003, y de acuerdo con la norma que lo instituyó, se otorgó una mención crítica o antipremio, que en esta oportunidad recayó sobre el comercial de la empresa McDonald’s, realizado el año pasado en homenaje al Día Internacional de la Mujer, que en ese momento cosechó una ola de críticas por “discriminatorio” y “sexista”, en el que una nena le proponía noviazgo a un nene y le advertía los requisitos: regalos, cenas y tarjetas de crédito.