Acusado de abuso deshonesto y exhibiciones obscenas frente a sus pequeños alumnos de tres y cuatro años, fue detenido ayer Claudio Alejandro Alvarez, el profesor de música de un jardín de infantes de Vicente López que había sido denunciado por los padres de los chicos en octubre de 2000. “La detención demoró debido a la dificultad que presenta este tipo de casos en la recolección pruebas, ya que generalmente no se cuenta con testigos hábiles”, explicó a Página/12 Aníbal Degastaldi, comisario inspector de la Dirección de Investigaciones (DDI) de San Isidro.
En octubre de 2000, Alvarez, de 33 años, recibió trece denuncias en su contra por “abuso deshonesto reiterado y exhibiciones obscenas reiteradas”. Estas fueron radicadas en la comisaría 5ª de Vicente López por los padres de once chicos de los turnos mañana y tarde del jardín de infantes Nº 1 Comandante Espora. A partir de ese momento, el profesor fue separado de su cargo y se dedicó a dictar clases particulares. “Desde entonces, seguimos de cerca sus movimientos, de forma de obtener más elementos que nos permitieran detenerlo y para prevenir cualquier posible nuevo abuso”, aseguró el comisario Degastaldi.
Al respecto, ante la falta de los denominados “testigos hábiles”, los relatos de los niños, que mostraron características similares, más otras pruebas que la policía no quiso especificar “para no dar armas a la defensa del imputado”, fueron claves para la detención de Alvarez. De acuerdo con lo comentado por los pequeños a sus padres, el profesor los obligaba a darse besos en la boca entre sí y a besarlo a él. También los hacía jugar con sus órganos sexuales y se masturbaba frente a ellos al tiempo que los manoseaba.
“Fue muy difícil lograr que los chicos hablaran porque sentían mucho miedo. Cuando uno les preguntaba sobre el tema, respondían que el profesor tiene más fuerza que su papá”, contaba una de las madres denunciantes, luego de que las acusaciones se hicieran públicas. La causa, por la que el docente se enfrenta a una posible condena de tres a diez años de prisión, quedó a cargo de la jueza de Garantías de San Isidro Marcela Delanghe y del fiscal Mario Kohan.