En Junín, hoy se conocerá el veredicto en el juicio a Rubén Recalde, el mecánico acusado de haber asesinado a Sandra Colo, en 2012, y a Paola Tomé, en 2014, en ambos casos un jueves 16 y en circunstancias similares: ambas mujeres, solteras y sin hijos, fueron atacadas cuando atendían comercios dedicados al público infantil. En ambos casos, además, el domicilio de Recalde quedaba en cercanías del lugar donde encontró a sus víctimas. En su alegato ante el Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) N°1 de Junín, la fiscal Vanina Lisazo definió a Recalde como un “asesino serial” y pidió que fuera condenado a prisión perpetua por el “homicidio criminis causae en concurso real con abuso sexual” de Colo y el “homicidio criminis causae” y “femicidio” de Tomé. El defensor oficial que representa a Recalde pidió la absolución del mecánico por “inimputabilidad”, aunque, a la vez, reclamó que si de todos modos es declarado culpable, la condena sea por homicidio en ocasión de robo, que tiene penas de entre 10 y 25 años de prisión. Días pasados, al terminar los alegatos, Recalde se limitó a decir: “No voy a hacer ninguna declaración, gracias por todo”.

La fiscal sustentó el pedido de agravante por femicidio porque, señaló, es “inequívoca la orientación sexual en sus hechos” y “la violencia sexual es una modalidad de violencia de género”. La audiencia en la que los jueces Karina Piegari, Esteban Melilli y Miguel Angel Vilaseca darán a conocer el veredicto comenzará al mediodía.

En el alegato, la fiscal Lisazo señaló que Recalde tiene el “desarrollo del serial típico”, porque antes de cometer sus crímenes “estudia, acecha, elige el día y planifica” los pasos. “A Recalde no le importa matar porque para esta clase de psicópatas las personas somos como una mesa que si les molesta las corre”, dijo Lisazo, quien recordó que tres peritos coincidieron en que el acusado es un psicópata que goza con el sometimiento de sus víctimas. Recalde “comprende su criminalidad y es inteligente, nunca va a reconocer, pero tampoco va a negar, sólo calla”, añadió Lisazo, quien recordó que durante el debate oral, mientras los testigos declaraban, él mismo “afirmaba con la cabeza”.

Recalde quedó imputado como único acusado de los asesinatos de Colo y Tomé por cotejos genéticos entre sus muestras y evidencias biológicas halladas en ambas escenas del crimen. Por esos estudios y los testimonios recogidos durante la instrucción, para la fiscal quedó acreditado que el mecánico –que se radicó en Junín en 1998, poco después de haber cumplido una condena por violación y asalto en Mendoza– estranguló a Colo el jueves 16 de agosto de 2012, entre las 10 de la mañana y el mediodía. La mujer estaba sola en su trabajo, el pelotero Abracadabra, ubicado en una zona céntrica de Junín; Recalde intentó robar, pero ella se resistió, por lo que la golpeó con los puños y con un elemento duro y romo con el que le fracturó el maxilar. Cuando Colo estaba inconsciente, la arrastró hasta la cocina, donde la estranguló sirviéndose de dos sogas entrelazadas.

Dos años después, el jueves 16 de enero de 2014, entre las 17 y las 19, sorprendió a Tomé en el local de ropa infantil Rowena, al que había ingresado fingiendo que iba a comprar algo. Recalde llevó a la mujer al primer piso del lugar, le pegó, y la estranguló. Luego, tomó las monedas que había en la caja registradora, cerró la puerta con llave y huyó.

Durante los alegatos, la fiscal señaló que en ese segundo asesinato Recalde “no fue tan sofisticado”, porque en la puerta y en el baño del negocio dejó rastros que permitieron analizar el ADN e identificarlo de entre un grupo de ocho sospechosos. Las semejanzas entre el crimen de Tomé y el de Colo, por lo demás, llevaron a la fiscal a la hipótesis de que se trataba del mismo atacante. Lisazo también destacó el componente de violencia de género de los crímenes: “Poco importa para él (Recalde) el monto del robo, lo que importa es lo sexual y al no poder acceder carnalmente (a la víctima) aumentaba su violencia”.

Los abogados de las familias de las víctimas coincidieron con la fiscal en el pedido de penas. Darío de Ciervo, representante de la familia de Sandra Colo, además, pidió que el tribunal considere “alternativamente” el agravante de homicidio por “placer”. Por otra parte, el defensor oficial Silvio Acerbo pidió que se considere la “inimputabilidad” de Recalde, en base a estudios psicológicos y psiquiátricos que se le practicaron. De todos modos, solicitó a los jueces que, en caso de condenarlo, consideren hacerlo por “homicidio en ocasión de robo”, cuya pena oscila entre los 10 y los 25 años de prisión.

Durante el debate oral, también declaró una mujer que sobrevivió a un ataque de Recalde, y que pudo dar cuenta de detalles que coincidían con rasgos de los crímenes de Tomé y Colo.