Los choferes de la línea 60 anunciaron ayer que volverán a sacar los colectivos a la calle, pero sin cobrar boleto, “en el caso de que la empresa Dota siga negándose a dialogar con los trabajadores” en el marco de un conflicto gremial que se produjo como respuesta a “despidos encubiertos y suspensiones arbitrarias” y que después de un mes se prolongó a causa de “un lock out patronal”, informaron a Página/12 voceros del cuerpo de delegados. “La empresa se niega a dialogar con nosotros y por esa razón los colectivos de la línea 60 no funcionan”, afirmó el delegado Hugo Daniel Schvartzman, quien rechazó el contenido de la solicitada de la cámara empresaria del sector, que salió en apoyo de DOTA y aseguró que lo que está ocurriendo “no es un conflicto gremial”, sino que se trata de “una extorsión”.

Schvartzman recalcó que la medida que los trabajadores habían iniciado hace un mes consistía en “salir con los colectivos a cubrir los recorridos (Constitución-Tigre Hotel-Escobar) sin cobrar el boleto hizo que la empresa resolviera hacer un lock out patronal para impedir que nosotros siguiéramos con nuestra medida de fuerza”. Para lograrlo, precisó el delegado de los choferes, “la empresa no nos habilita los colectivos y no nos entrega las planillas. Son ellos los que no sacan los colectivos y no dejan brindar el servicio público”.

Insistió en que los empresarios son los que “pararon el servicio” porque quieren evitar que los choferes salgan a cumplir los recorridos “en el marco de un conflicto que es gremial porque los trabajadores no queremos que haya más despidos y suspensiones sin causa; lo que pedimos es que se respeten los derechos de los trabajadores”.

Schvartzman explicó que el conflicto gremial comenzó hace un mes “en primer lugar en rechazo al despido arbitrario de un colectivero de la Línea 60 que había chocado y luego se profundizó cuando el grupo empresario resolvió echar sin causa a 47 choferes más, porque habían salido a protestar por la medida contra el trabajador”. En ese momento decidieron salir a trabajar sin cobrar el boleto, pero la empresa “para desarticular nuestra medida, optó por no entregarnos los coches, de manera que se trata de un lock out patronal”.

Desde hoy, los choferes intentarán recuperar los colectivos y reanudar la medida de fuerza inicial, a la vez que anunciaron que harán cortes de calles en Puente de la Noria y en la autopista Panamericana, a la altura del kilómetro 197. Los trabajadores denunciaron también que en Ingeniero Maschwitz “se viven momentos de mucha tensión con la policía que sigue apostada ya que buscan resolver un conflicto gremial con represión y un posible desalojo de esta cabecera”.

Como consecuencia del conflicto, está cerrada también, por orden de la jueza María Romilda Servini de Cubría, la terminal ubicada en el barrio porteño de Constitución. A pesar de la denuncia formulada por los delegados, reunidos en asambleas de trabajadores, la empresa y la cámara del sector insisten en que “no hay ningún conflicto gremial”.