Había sido demasiado calmo para ser real y las presiones terminaron apareciendo. El proyecto de despenalización de la prostitución en la provincia de Buenos Aires, cuyo debate sobre tablas estaba previsto para el día de ayer en el Senado bonaerense, cayó por la negativa del PJ a tratarlo. Argumentando una falta de acuerdo interno, el justicialismo bloqueó el avance del proyecto presentado por Elisa Carca, que ahora parece destinado al cajoneo. Lo más curioso es que el vocero de la postura del bloque peronista fue su presidente, Juan José Amondarian, uno de los senadores que puso su firma para la aprobación unánime en comisión.
El resto de los bloques estaba de acuerdo en abordar el proyecto en el día de ayer, pero el PJ expuso su negativa en la reunión de labor parlamentaria: argumentaron que “no había unidad de criterios” en el bloque y no podían asumir el riesgo político de ir a la votación divididos. El tratamiento sobre tablas, habilitado porque el proyecto tenía un despacho por unanimidad, requiere de dos tercios de los votos.
En la Comisión de Legislación General, el proyecto había sido firmado por dos representantes de la UCR, uno de Encuentro Popular y cuatro del PJ: Amondarian, Gastón Guarracino, Julio Ledesma y Adriana Coirini. Fue Amondarian quien expuso ayer el cambio de postura.
–Pero ustedes firmaron, tienen una responsabilidad... –argumentó Carca, pero se encontró con el silencio.
Página/12 intentó comunicarse ayer con Amondarain para conocer los motivos del súbito cambio de opinión, pero el senador no respondió a los llamados.
Aunque la Iglesia no había emitido una declaración formal en torno del proyecto que modificaba el Código de Faltas bonaerense, al conocer el cambio de postura del PJ todos los ojos apuntaron hacia allí. Según pudo saber este diario, los senadores no se ahorraron chicanas: “Vamos a aprobar este proyecto cuando (el arzobispo de La Plata Héctor) Aguer esté muerto”, dijeron en la reunión. Aguer es conocido por sus posiciones ultraconservadoras en temas tales como la salud reproductiva o la homosexualidad.
–¿Qué presiones hubo para frenar el proyecto? –le preguntó este diario a la senadora Carca.
–Para el tratamiento de este tipo de proyecto siempre presiona la Iglesia, aunque no se anuncie públicamente.
El proyecto plantea modificar el Código de Faltas eliminando el artículo que castiga a “la prostituta o el homosexual que se ofreciere públicamente, dando ocasión de escándalo”.