SOCIEDAD › EL AUTOR DE LA MASACRE EN EE.UU. TENIA 26 AÑOS Y SE DEFINIA “NO RELIGIOSO, PERO ESPIRITUAL”
La policía identificó al atacante de la universidad de Oregon como Chris Harper Mercer. Tenía 13 armas, todas compradas legalmente. A los alumnos les preguntaba si eran cristianos: al que respondía “sí” le disparaba en la cabeza; si era “no”, en las piernas.
La pequeña localidad norteamericana de Roseburg, Oregon, sigue consternada tras el tiroteo ocurrido el jueves en un colegio universitario, que se cobró la vida de diez personas –incluyendo la del tirador– y dejó siete heridos. El autor de la masacre fue identificado: su nombre es Chris Harper Mercer, tenía 26 años, según el comisario local estaba “armado hasta los dientes” y cayó abatido por la policía. Si bien sus motivos todavía son un misterio, el responsable de la matanza tenía al parecer en la mira a cristianos, según se desprende de testimonios de los familiares de estudiantes que sobrevivieron. Un perfil de Internet atribuido a Mercer lo describe como “no religioso, pero espiritual”. Sus vecinos relataron que vivía con su madre y lo describieron como “poco amigable”. Cientos de personas participaron ayer de una vigilia nocturna en honor a las víctimas mortales y un orador pidió a los congregados no mencionar el nombre del autor de la matanza. Por otro lado, la policía recuperó 13 armas de su propiedad, todas compradas legalmente. Mientras desde las Naciones Unidas se instó a reducir el “terrible balance” por la violencia en Estados Unidos, el presidente Barack Obama afirmó que legislar sobre el uso de armas es una “decisión política” que debería tomar el Congreso (ver aparte).
Chris Harper Mercer había nacido en el Reino Unido y se mudó de niño a los Estados Unidos. De padre caucásico y madre afroamericana, el agresor era un hombre retraído y taciturno. Todos los días se vestía de la misma forma: borceguíes, pantalón militar y camiseta blanca. En una página de citas de la web, la foto de su perfil muestra a un hombre de cabeza rapada y complexión mediana, que se presenta como “amante, conservador, profesional, intelectual, introvertido, que siente aversión por la religión organizada”. Ian, padre del atacante, se declaró conmocionado y evitó hablar con los medios. Los vecinos describieron al joven como ansioso, de aspecto frágil, que vivía con su madre y parecía rehuir el contacto con los demás. “No era una persona muy amistosa. No quería tener nada que ver con nadie”, declaró una vecina. Otro vecino detalló que el atacante, por las noches, “se sentaba solo en el balcón en medio de la oscuridad”, y añadió también que pudo oír a la madre de Mercer llorar desesperadamente después de que tuviese lugar el tiroteo y de que aquél cayera abatido en el centro de estudios superiores Umpqua Community College de Roseburg, dejando diez muertos y siete heridos.
Mientras tanto, los investigadores tratan de verificar indicios que apuntan a que el joven había anunciado la masacre por Internet.
“Es demasiado pronto para decir cuál era su motivación”, dijo el comisario del lugar, John Hanlin, quien se negó a decir el nombre del tirador muerto por la policía. A su turno, Celinez Nunez, de la Agencia estadounidense de Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y Explosivos, señaló que “por ahora hemos recuperado 13 armas. Seis fueron recuperadas en el colegio y siete en la residencia del atacante; todas fueron rastreadas hasta un distribuidor de armas federal”, y agregó que también se recuperaron un chaleco antibalas, cargadores y municiones.
Varios testimonios apuntaron a que el atacante preguntaba a los estudiantes si eran cristianos antes de disparar a los que respondían que sí. Autumn Vicari, hermana de uno de los alumnos que sobrevivieron, afirmó que, de acuerdo con lo que le contó su hermano, los que dijeron que “sí” recibieron un tiro en la cabeza, mientras que quienes contestaron otra cosa o no dijeron nada recibieron un tiro en otra parte del cuerpo, en general en la pierna. Stacy Boylan, padre de una alumna herida, contó que el agresor le dijo a su hija: “Porque eres cristiana, estarás pronto ante Dios”. Aun antes de matar a un profesor, el atacante habría dicho: “Hace años que esperaba poder hacer esto”.
En medio del pánico, los estudiantes se protegieron como pudieron. Pero uno de ellos, un ex integrante del ejército, Chris Mintz, enfrentó al atacante. “Intentó bloquear la puerta para impedir el ingreso del tirador, recibió tres balas, cayó al piso, miró al tirador y le dijo: ‘Hoy es el cumpleaños de mi hijo’. Y recibió dos disparos más”, contó Wanta Mintz.
“Pareció tratarse de un hombre joven enojado, lleno de odio”, declaró asimismo un policía al diario The New York Times. Pero la media hermana del agresor, Carmen Nesnick, dio una imagen totalmente distinta: “Siempre colocaba a los otros antes que él. Quería que todo el mundo fuera feliz”, contó, asegurando que no estaba contra la religión y que su familia era cristiana.
“En nuestro dolor recordaremos y honraremos a aquellos que perdimos”, dijo la gobernadora de Oregon, Kate Brown. Anoche, muchas personas se reunieron en el tranquilo pueblo rural de Roseburg, a una decena de kilómetros de la universidad, en una vigilia para orar –en muchos casos entre lágrimas– por los fallecidos y heridos. Hubo quien pidió que el agresor no fuera incluido en las plegarias. Hasta el comisario Hanlin, poco después de que se desatara el drama, se negó a mencionar al tirador: “No quiero magnificar al agresor, no quiero magnificar su nombre, no quiero magnificar sus intenciones”.
En el Umpqua Community College (UCC), donde se registró la matanza, hay más de tres mil estudiantes matriculados. Desde ayer y hasta el lunes, la institución permanecerá cerrada.
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