Las empresas tabacaleras pueden celebrar: tres de cada diez chicos de 13 a 15 años de escuelas porteñas, tanto públicas como privadas, son fumadores de tabaco, y uno de cada diez ya tiene síntomas somáticos de adicción a la nicotina. En la actualidad, el 44 por ciento de los adolescentes que fuman quiere abandonar el cigarrillo, pero durante el año pasado el 55 intentó infructuosamente dejarlo. Los datos surgen de un relevamiento realizado este año entre 1617 jóvenes escolarizados como parte de la Encuesta Mundial de Tabaquismo que promueve la OMS y aquí llevó adelante el investigador Hugo Míguez, del Programa de Epidemiología Psiquiátrica del Conicet. El estudio encontró que cada vez más varones de 1º a 3º año asocian el fumar con el hecho de tener más amigos. Y a la vez, tienden a aumentar la percepción de que las mujeres que fuman se ven más atractivas. “Es lamentable, pero paralelamente se observa una disminución significativa en cuanto al tratamiento preventivo del tema del tabaquismo en las escuelas”, alertó Míguez.
Los resultados de la investigación fueron presentados ayer durante un seminario para periodistas, comunicadores sociales y ONG organizado por el Ministerio de Salud, que contó con la presencia de distintos especialistas de la OPS, de la Unión Antitabáquica Argentina y de la Fundación Argentina de Cardiología. El cierre de la jornada estuvo a cargo del propio ministro Ginés González García.
“Los chicos de 13 a 15 años usan tabaco de forma regular”, advirtió Míguez. Es la segunda vez que el investigador del Conicet hace un seguimiento epidemiológico del uso del tabaco en estudiantes de esas edades de la ciudad de Buenos Aires. La primera encuesta fue en 2000. Este año, paralelamente realizó el relevamiento por primera vez entre 1723 alumnos bonaerenses. El estudio encontró que son fumadores 3 de cada 10 chicos –tanto porteños como de la provincia–. Pero hay más chicas que varones que fuman: 32,5 contra 22,9 por ciento en la ciudad; y 34 contra 29 por ciento, en el territorio bonaerense.
Al comparar los datos de 2000 con los obtenidos este año en el ámbito porteño, Míguez observó un cambio importante: la disminución del número de alumnos que piensa que el humo del cigarrillo causa daño a otros, aunque está científicamente probado que es así. Entre los fumadores actuales, el porcentaje de los que están convencidos de las consecuencias perjudiciales para la salud del humo ambiental pasó de 55 a 43 por ciento; entre los no fumadores, de 73 a 63 por ciento. “Este decrecimiento de aproximadamente un diez por ciento tanto para fumadores como no fumadores debería considerarse a la luz de los datos aportados con relación a la disminución de los temas preventivos tratados desde la escuela”, analizó Míguez.
El relevamiento en Capital encontró que –según el testimonio de los encuestados– en el 2003 las clases que abordan el tema de los peligros del tabaco, las que analizan los motivos por los cuales las personas fuman y las que tratan sobre las consecuencias del tabaquismo sobre el aspecto personal (dientes amarillos, mal aliento, etc.) disminuyeron aproximadamente a la mitad de las que se daban a los chicos en el 2000.
Así, los adolescentes se enfrentan al poderoso marketing de las tabacaleras con la guardia cada vez más baja. Aunque las compañías lo desmienten, sus documentos reservados dejan en claro que los más jóvenes son uno de sus blancos predilectos para dirigir su publicidad y sus ventas, tal como demostró una investigación de la Organización Panamericana de la Salud publicada dos semanas atrás en Página/12. El estudio encabezado por Míguez determinó que en los últimos tres años la promoción de cigarrillos a los menores mediante su ofrecimiento gratis se incrementó. Mientras que en el 2000, sólo el 10 por ciento había recibido cigarrillos gratis como estrategia de propaganda, en 2003 ese porcentaje se elevó casi al 15 por ciento.
El investigador encontró, además, que en la actualidad el 44 por ciento de los estudiantes porteños de 13 a 15 años que fuman quieren dejar el cigarrillo, algo menos que en el 2000, cuando habían manifestado ese deseo el 47 por ciento. Este porcentaje descendió con respecto a tres años atrás, particularmente en el grupo de mujeres: de 45 a 40 por ciento. “Uno de cada 10 chicos tiene síntomas somáticos de adicción a la nicotina. ¿Quién los trata, quién los recibe? ¿Visualizamos en un chico de 14 años a un adicto al tabaco?”, se preguntó Míguez al presentar los datos de su informe. En ese sentido, precisó que durante el año pasado intentó dejar el cigarrillo sin éxito el 54,7 por ciento de los alumnos porteños de 13 a 15 años. En este caso las chicas lo intentaron en mayor proporción que los varones: 6 de cada 10, contra 5 de cada 10 chicos.
Otro aspecto que preocupa al investigador son las percepciones que tienen los adolescentes con respecto al cigarrillo. En el caso de los varones, tanto los fumadores como los no fumadores aumentaron desde 2000 su percepción acerca de que los varones que fuman tienen más amigos: piensan así en la actualidad el 13 por ciento de los que no fuman y el 6 por ciento de los que sí lo hacen. Al mismo tiempo, la percepción de que la mujer que fuma se ve más atractiva tiende a aumentar en el 2003: tienen esa idea casi el 9 por ciento de los no fumadores y el 16 por ciento de los fumadores actuales. “En general –concluyó Míguez–, puede decirse que en materia de actitudes se observa un empeoramiento de la situación con una prevalencia mayor de actitudes favorables al tabaquismo”.