SOCIEDAD › LUCIANO SOSTO FUE CONDENADO POR EL CRIMEN DE SU MADRE Y ABSUELTO POR LA VIOLACIóN
Los jueces avalaron el pedido de la fiscal, que lo acusó de haber matado a la madre porque no le daba plata para drogas. Sosto lloró tras la sentencia. Antes, había dicho: “No maté, ni robé, ni violé a mi mamá”. Sus abogados insistieron en que no había pruebas.
El sommelier Luciano Sosto fue condenado en fallo unánime a prisión perpetua por el asesinato de su madre, Estela Garcilazo, en 2013 en un departamento del barrio porteño de Palermo. Recién cuando cumpla 70 años podrá solicitar la libertad condicional. Sosto, de 37 años, lloró tras escuchar la sentencia del Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 8 porteño, que fue leída en el sexto piso del Palacio de Tribunales, tras lo cual fue retirado de la sala por una comitiva de tres agentes del Servicio Penitenciario Federal y dos efectivos de la Policía Federal al tiempo que recibió el apoyo de sus amigos. Antes había pronunciado sus últimas palabras previas a la sentencia: “No maté, ni robé, ni violé a mi mamá”, aseguró.
Los jueces Alejandro Sañudo, Ricardo Basílico y Fernando Larrain condenaron a Sosto por considerarlo autor del “homicidio agravado por el vínculo” de su madre, Estela Garcilazo, de 69 años, al tiempo que lo absolvieron por el otro delito por el que había llegado a juicio, “abuso sexual agravado por el vínculo”.
Estudios complementarios a la autopsia determinaron que en la vagina de Garcilazo había “fosfatasa ácida prostática”, una proteína del semen. Los forenses no detectaron lesiones genitales ni paragenitales y algunos peritos declararon que la presencia de esa proteína no equivalía a que hubiera habido un ataque sexual y, ante la falta de evidencia concreta que vinculara a Sosto, la fiscal no lo acusó por ese delito.
En la audiencia, los jueces sólo anunciaron la parte resolutiva del fallo e informaron que los fundamentos se darán a conocer el 29 o 30 de diciembre. Por la mañana de ayer, Sosto había pronunciado sus últimas palabras ante el Tribunal y allí les rogó a los jueces que no se equivoquen y que busquen al verdadero asesino.
“Quiero insistir que no maté, ni robé, ni violé a mi mamá. Les ruego que no se equivoquen y que no terminen de destruirme. Busquemos al violador y asesino de mi mamá. Sólo así ella podrá descansar en paz”, dijo el sommelier antes de conocer el veredicto.
Por ser condenado a perpetua, Sosto deberá pasar en prisión 35 años y recién podrá pedir su libertad condicional en el año 2048, cuando tenga 70 años, la misma edad en la que podrá solicitar prisión domiciliaria. Sosto está detenido en el sector de evangélicos del complejo penitenciario federal de Marcos Paz donde, según contó él mismo en el juicio, tiene “voz en el pabellón” y logró pacificarlo.
Con este fallo, los jueces avalaron la acusación que formuló la fiscal de juicio Diana Goral y también la instrucción del juez Hernán Martín López, quien fue el encargado de tomar la decisión de apresar a Sosto cuando al día siguiente del hallazgo del cuerpo –y cuando se pensaba en la posibilidad de una muerte accidental–, el resultado de la autopsia demostró que Garcilazo había sido asesinada. Goral dijo que estaba “convencida de que Luciano Sosto es el asesino de su propia madre” y que además el condenado es “un verdadero psicópata”.
Los abogados defensores Guillermo Schmidt, Juan José Avila y Mariela Sola anunciaron que apelarán ante el Tribunal de Casación e insistieron en la inocencia de Sosto. “Luciano es inocente, en las audiencias no se presentó ninguna prueba en su contra”, expresó Schmidt, y agregó que los abogados defensores creen que “se investigó mal y el autor de este crimen es un violador que está suelto”. Además, el letrado agregó que “al no detectar la policía forense que se trataba de un crimen, se perdieron las pruebas para encontrar al verdadero autor”.
El hecho por el que fue condenado Sosto ocurrió el 26 de diciembre de 2013 cuando, según lo reconstruido en el juicio, el sommelier –que vivía en el 5º B del edificio de Seguí 4444– bajó al departamento 4º B donde residía su madre, discutió con ella y la estranguló porque necesitaba dinero para comprar cocaína.
Según la autopsia, Garcilazo murió asfixiada en una maniobra de sofocación y estrangulación mixta que incluyó una rodilla en el tórax, una mano en la cara tapando la boca y la nariz y la otra comprimiéndole el cuello. La clave de la acusación es la data de muerte que determinó que Garcilazo, una psicóloga que vivía sola en su departamento, fue asesinada entre las 7 y media y las 11 y media de aquella mañana.
En el juicio quedó claro que la mujer no recibía visitas y que su hijo Luciano tenía llaves de su departamento y la visitaba con frecuencia.
El sommelier llamó al servicio de emergencias del Hospital Alemán a las 15.07 y a las 15.31 pidiendo una ambulancia porque su madre tenía convulsiones, pero para la fiscalía se trató de una puesta en escena porque la mujer había muerto horas antes. En el departamento del imputado se secuestraron 16.800 pesos que Garcilazo guardaba en su casa, aunque su hijo declaró que si se llevó ese dinero fue porque temía que se lo robara la policía.
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