“La Justicia argentina es clasista y muy machista. Se hace muy difícil para la gente de a pie”, dice Jorge Taddei. En 2010, se presentó como querellante en la causa que investigaba la muerte de su hija, Wanda, fallecida el 21 de febrero tras una agonía de 11 días, con el 60 por ciento del cuerpo quemado; tenía 29 años. Había sido internada el 10 de febrero; su marido, Eduardo Vázquez, el ex baterista de Callejeros, aseguró que había sido un accidente. Cuando el padre de Wanda se presentó para querellar, Vázquez estaba en libertad; tras la intervención de Taddei, fue condenado a perpetua por asesino. Cumple sentencia en Ezeiza.

-Si mi familia y yo no hubiéramos estado cerca de la causa, probablemente Vázquez nunca habría sido condenado. Ya tenía dictada una falta de mérito, estaban por hacer una reconstrucción de lo sucedido, pero entre gallos y medianoche. Me acuerdo de que en la fiscalía me habían dicho: “Con lo que tengo, no puedo hacer más que eso. Tráiganme pruebas si pueden”.

–La causa avanzó en otro sentido por el empecinamiento de ustedes.

–No fue empecinamiento, pero sí se trata de moverse. La Justicia argentina es muy clasista, para los ricos, y es muy machista. Yo pude poner un abogado penalista. Pero si yo hubiera sido un albañil con tres o cuatro hijos y que tenía que laburar para mantener a mi familia, ¿cómo hacía?

–¿Cuándo se dio cuenta de que hacer justicia dependía de ustedes?

–Siempre lo tuve claro. En la primera conversación con el abogado penalista, me di cuenta de que era una cosa seria: un juicio penal es uno en el que influyen mucho las pruebas, porque lógicamente, y porque es justo, nuestra Constitución es garantista. No podés condenar a alguien porque sí, pero tampoco podés dejar libre porque sí. El abogado buscó demostrar, ante todo, que había violencia familiar. Lo necesitábamos como primer paso para demostrar femicidio. Para eso fue importante que la jueza Inés Cantisani nos diera lugar a frenar la reconstrucción y habilitar declaraciones en cámara Gesell. Así aportamos elementos de prueba acerca de que en esa familia había violencia. También llamamos testigos y peritos de parte, aunque para los peritos oficiales también era evidente que mi hija había sido atacada. Dimos vuelta lo que decía Vázquez.

–En el camino judicial encontraron machismo.

–Por supuesto, y eso daba ventajas a Vázquez. Muchos abogados defensores recurren a estrategias que tienen que ver con eso, y también tenemos jueces misóginos; juezas misóginas también. Y pasa con algunos fiscales.

–¿A qué lo atribuye?

–Es un largo camino que tenemos que recorrer, acá y en el mundo. Estamos educados en una sociedad machista. Tenemos que cambiar la forma de pensar. Por eso digo que la lucha contra la violencia de género nos va a llevar varias generaciones. Tenemos que luchar todos los días, en las cosas pequeñas, ir sumándolas para poder cambiar el paradigma de una sociedad machista, patriarcal.