Documentos de la Fiscalía General alemana y la autoridad francesa de investigación de accidentes BEA revelaron que el copiloto acusado de estrellar ex profeso el avión de Germanwings hace un año con 150 personas a bordo comenzó a sufrir problemas psíquicos siete años antes del incidente, precisamente al comienzo de su formación. Una junta médica afirmó que a Andreas Lubitz, de 27 años, le fueron recetados distintos medicamentos para combatir la depresión que padecía. El informe final será expuesto dentro de una semana, a poco de cumplirse un año de la catástrofe acaecida en los Alpes franceses.

Según señaló el periódico teutón Bild, Andreas Lubitz mostraba ya en 2008 trastornos de sueño, pérdida de los sentidos del olfato y el gusto e inconvenientes para oír. Por entonces, los médicos calificaron además como episodios depresivos los problemas del copiloto, a quien le recetaron diferentes antidepresivos como Mitrazapin o Cipralex. Asimismo, una vez ocurrido el accidente, como resultado de diversos peritajes se encontraron en su cabello rastros de Zolpidem, un medicamento para conciliar el sueño.

Los documentos a los que tuvo acceso el diario alemán indican que Lubitz visitó 41 médicos en los meses previos al accidente. Muchos de ellos reconocieron una grave enfermedad psíquica; no obstante, ninguno informó a ese respecto a Germanwings ni a las autoridades de seguridad aérea.

El reporte final de la BEA se presentará en principio el próximo domingo, pocos días antes de que se cumpla el primer aniversario de la catástrofe registrada el 24 de marzo, cuando el avión de Germanwings que volaba de Barcelona a Düsseldorf se estrelló en una región de los Alpes franceses.