Jue 18.12.2003

SOCIEDAD  › DETUVIERON A DIEZ PERSONAS POR EL CASO BELLUSCIO

Operativo con muchas dudas

› Por Raúl Kollmann

El Negro Sombra o sea Sergio Leiva, sindicado como el jefe de la banda que secuestró al joven Pablo Belluscio, a Mirta Fernández y a Leopoldo Andrada, sigue sin aparecer. Es más, hay un fuerte rumor de que está oculto en Corrientes. Sin embargo, ayer la fiscal Rita Moreno y la Dirección de Investigaciones de Quilmes de la Bonaerense pusieron en marcha diez allanamientos en los que fueron detenidas diez personas. A ninguna se le pudo imputar vinculación con los secuestros, pero se les encontraron teléfonos celulares, armas y vehículos y se verá si tienen relación con aquellos tres secuestros de fuerte impacto.
De entrada, al operativo de ayer se le dio una difusión casi proverbial: “se detuvo a una parte de la banda que secuestró a Belluscio”, hicieron trascender a los medios. Lo mismo ocurrió en casi todos los casos anteriores: se dijo que habían sido capturados integrantes de las organizaciones que secuestraron a Riquelme, Awada, Astrada y tantos otros, pero a las pocas semanas no quedaba prácticamente nadie preso ni vinculado con el expediente. Ayer mismo, ya al atardecer, la información había cambiado de tono: “Los allanamientos fueron ordenados por la fiscal, pero ninguno de los diez detenidos está involucrado en el secuestro, sino que fueron arrestados porque se encontraron en sus domicilios armas o autos con su numeración o documentación irregular”.
Los diez procedimientos se hicieron en las localidades de Pilar, Benavídez, Escobar, Lanús, San Martín y William Morris. En total se secuestraron 13 teléfonos celulares, siete automóviles con numeración adulterada, diez armas de fuego, municiones, documentación y patentes de automóviles robados, agendas, listados de llamadas y dólares.
Según los criminalistas consultados por este diario es muy difícil imputar por secuestro a una banda cuando ya no tiene al secuestrado en su poder:
u Las víctimas tienen muchas dificultades –y hasta temor– de reconocer a los miembros de la organización.
u Las bandas suelen sacarse de encima enseguida los celulares que usaron en las negociaciones, aunque incluso es habitual que las tratativas las hagan desde teléfonos públicos.
u Es casi imposible establecer que tal vehículo es el mismo que se usó en el secuestro, a menos que tenga tiros o algún indicio muy nítido.
u Lo mismo ocurre con las armas, a menos que haya habido tiroteo –lo hubo en el caso Belluscio– y se pueda determinar que los proyectiles encontrados en el lugar del secuestro salieron de las pistolas secuestradas en los allanamientos. En verdad, las bandas también suelen sacarse de encima las armas que dispararon durante el secuestro.
Lo concreto es que los secuestros ocurridos en agosto y septiembre siguen sin esclarecerse.

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