La Iglesia de Chile separó temporalmente de sus funciones a un sacerdote de la ciudad de Arica, en el norte de ese país, tras golpear a una estudiante universitaria mientras disputaba por un lugar donde estacionar su vehículo particular. El cura violento finalmente acabó detenido por efectivos de carabineros y fue puesto a disposición de la Justicia.

El hecho se registró el pasado 1º de abril en una estación de servicio de Arica, al norte del país trasandino. El sacerdote Mario Maldonado Pizarro, quien no había podido estacionar su automóvil debido a que el vehículo donde la estudiante viajaba de acompañante estaba mal estacionado, agredió a la joven, que resultó lastimada y con moretones. La disputa finalizó con la detención del religioso por parte de los carabineros.

Al respecto, el obispo diocesano de Arica, Moisés Atisha, quien en la actualidad participa en la 111ª Asamblea Plenaria del Episcopado en la localidad costera de Punta de Tralca, expresó “su categórico rechazo” al accionar del sacerdote. Atisha dispuso que Maldonado Pizarro no ejerza públicamente su ministerio, y que a través del vicario general de la diócesis se tome contacto con la joven agredida para acompañarla solidariamente, “pedirle perdón por el daño” y ofrecer toda la disponibilidad y apoyo de la Iglesia Católica.

El obispo recordó que “la violencia nunca es el camino” y que “en este caso particular la situación es especialmente grave, porque la persona violentada es una mujer y el agresor, un sacerdote”.