Unas 26 personas murieron y 50 resultaron heridas por una colisión frontal entre dos trenes en la región de Apulia, al sur de Italia. Los dos primeros vagones de ambas formaciones quedaron totalmente destrozados. Muchos pasajeros permanecieron durante horas atrapados entre hierros retorcidos sobre una zona deshabitada y en medio de olivares. El siniestro, uno de los accidentes ferroviarios más graves en la historia italiana, se produjo cerca del mediodía de ayer en una vía única cercana a Bari. No se conocen aún las razones del hecho, aunque no descartan un error humano, dado que el trayecto Andria-Corato no está automatizado y la circulación depende en buena parte de las llamadas telefónicas entre los jefes de estación. El primer ministro Matteo Renzi prometió investigar las razones de la tragedia y el papa Francisco envió condolencias a los familiares de las víctimas. La Fiscalía abrió una investigación por “homicidio imprudente múltiple contra desconocido”.

Entre árboles, junto a un campo de cultivo y de acceso sumamente dificultoso, decenas de ambulancias, cuerpos de policía y bomberos acudieron para auxiliar a las víctimas de un choque frontal entre dos formaciones regionales en el sur de Italia. En la zona donde se produjo el accidente, ambos trenes transitaban por la misma vía.

“Hay muchos muertos”, dijo el jefe de los equipos de rescate, Riccardo Zingaro. Según medios locales, uno de los maquinistas murió y aún se desconocía qué ocurrió con el otro. Numerosas personas permanecieron largo tiempo atrapadas entre los restos. Luego se confirmó que 26 era el total de fallecidos, en tanto hubo unos 50 heridos, entre ellos un niño que fue rescatado con vida y trasladado a un hospital zonal en helicóptero. Dado el cuadro de situación, Giuseppe Corrado, vicepresidente de la provincia Bari-Andria-Barletta donde se produjo el siniestro, hizo un llamamiento a donar sangre para atender a los heridos.

El choque ocurrió hacia las 11.30 hora local y la compañía estatal Ferrovie dello Stato confirmó que se trató de dos trenes gestionados por Ferrotramviaria, una empresa privada que se encarga de esa línea. El alcalde de Corato, Massimo Mazzilli, dijo que el accidente “fue un desastre, como si hubiese caído un avión”. Precisamente cada formación estaba compuesta por cuatro vagones en los que muchos estudiantes y personas se dirigían como todos los días a sus ocupaciones. El ministro de Transporte, Graziano Delrio, dijo que aún debe investigarse la razón del accidente.

En ese punto, la empresa Ferrotramviaria también confirmó que “todavía no se sabe nada acerca de las causas”, aunque indicaron que ya se abrió una investigación que lleva adelante la Fiscalía de Trani, donde se plantea la hipótesis de un fallo en la señalización de parada, en particular en la formación que partió de Corato; no obstante también se evalúa la posibilidad de un error humano.

Por su parte, el primer ministro –que estaba en Milán, pero viajó de urgencia al lugar del accidente– calificó al suceso de “dramático” y dijo que el ministro de Infraestructuras, Graziano Delrio, y el jefe de la Protección Civil, Fabrizio Curcio, se desplazaron a la zona para coordinar las tareas de rescate. “Hay una absoluta necesidad por saber quiénes son los responsables y aclarar el accidente”, aseguró Renzi. “Es una tragedia inadmisible”, afirmó por su parte el presidente de la República, Sergio Mattarella.

A su turno, el director general de Ferrotramviaria, Massimo Nitti, dijo que los convoyes circulaban a unos 100 kilómetros por hora y “que uno de los dos trenes estaba de más; cuál (de ellos), lo aclarará la investigación administrativa”, al tiempo que apuntó que se trata de “una tragedia sin precedentes”. El funcionario detalló que las dos formaciones son “ultra modernas, una de 2005 y otra de 2009, que pueden detenerse en un trayecto de 250 metros”. Por último, Nitti dijo que se pidieron los registros telefónicos entre las estaciones Andria y Corato, y afirmó que las causas se esclarecerán una vez que se extraigan las cajas negras.