SOCIEDAD › ENTREVISTA A MARINA RIOFRIO, PRESIDENTA DE LA BANCA DE LA MUJER
La senadora sanjuanina cree que este año podría aprobarse uno de los proyectos consensuados para establecer equivalencia en cargos legislativos. “La paridad será real cuando los partidos intercalen mujeres y hombres como cabezas de lista”, advierte.
› Por Sonia Santoro
El debate sobre la paridad de género en la vida política está instalado. Todo hace pensar que 2016 será el año en que esta bandera del movimiento de mujeres se hará realidad. Siguiendo los pasos del Senado, el jueves en Diputados se dictaminó a favor de igualar e intercalar a mujeres y varones en las listas de candidatos/as. En las próximas semanas, en paralelo, las dos Cámaras podrían sacar una media sanción aprobando el #UnoyUna, como reza una de las campañas. “Tenemos que reconocer a la cuestión demográfica como determinante para la representatividad. Es una manera de derribar con esta medida de acción positiva pautas culturales que hacían ver con naturalidad el liderazgo masculino y desconfiar de las capacidades femeninas para estos temas”, dijo la senadora Marina Riofrio, presidenta de la Banca de la Mujer.
En los próximos días se definirá qué Cámara avanza primero y cómo se resuelven las diferencias entre los dos dictámenes: básicamente que uno (el de Diputados) es un proyecto específico y el otro (el del Senado) está en el marco de una reforma más amplia. Diputados sesionaría esta semana. Senadores, la próxima. En ésta cuentan con los votos para llegar a la media sanción. El FPV tiene mayoría en esa Cámara y hay acuerdo en el bloque para aprobarla. “Vamos a ver cómo sigue esto, porque cada paso que damos las mujeres nos cuesta y mucho”, dijo Riofrio.
Riofrio, senadora de San Juan por el FpV, presidió la reunión junto al Senador Marcelo Fuentes, titular de la Comisión de Asuntos Constitucionales. “Muchos pretendíamos que la paridad fuera para todos los cuerpos colegiados electivos, sindicatos, Corte Suprema de justicia… Pero entre la nada y lo posible decidimos lo posible e hicimos un dictamen que lo plantea para el Congreso, Diputados, Senadores, y el Parlasur”, dijo a Página/12.
“En el Senado ya hay una fórmula que contempla un hombre y una mujer. Pero ingresan dos por mayoría y uno por minoría. Entonces establecemos un sistema de reemplazo diferenciado. Si es de mayoría, cuando se reemplaza uno, se lo hace por el mismo sexo. Y si es de minoría, lo reemplaza el que siga en la lista. En la mayoría de los casos el que encabeza es un hombre, y la que sigue es una mujer. Eso favorecería a las mujeres”, explicó (ver aparte).
La sanjuanina preside la Banca de la Mujer desde 2011, cuando este espacio se convirtió en una comisión con capacidad de producir dictámenes sobre proyectos de ley. La Banca tiene una conformación distinta a las otras comisiones, porque supone como sus integrantes naturales da todas las mujeres de la Cámara. Desde allí salieron leyes como la que tipifica el femicidio en el Código Penal y la que terminó con la figura del avenimiento.
–Sí. Porque si hablamos de reformas electorales y demás, hablemos de todas las que están pendientes. Es uno de los Objetivos del Milenio de Naciones Unidas y creo que es una muy buena oportunidad para debatirlo. De todas maneras, no se respira la misma resistencia que en otros tiempos. Yo milité hace 25 años la ley de cupo femenino y fue una resistencia feroz de hombres y mujeres que no comprendían la cuestión de género. Y hoy a fuerza de lucha y de mensajes en los medios, hay mayor comprensión de la problemática. Por supuesto siempre existe quien la resiste, por izquierda y por derecha, pero es menor y eso es un buen dato.
–Esto tiene que ver con una realidad demográfica. Ya habiendo derribado muchas otras barreras que se nos ponían en otras épocas –estamos a 60 años del voto femenino, cuando las argumentaciones por las cuales la mujer no debía votar rozaban lo ridículo vistas desde hoy–, tenemos que reconocer a la cuestión demográfica como determinante para la representatividad. Es una manera, esta medida de acción positiva, de derribar las pautas culturales que hacían ver con naturalidad el liderazgo masculino y desconfiar de las capacidades femeninas para estos temas.
–Tenemos muy clara la paridad en la conformación de la listas pero esto no logra la paridad en la conformación de los cuerpos. No tanto en Senadores, que se puede corregir perfectamente, pero en Diputados va a seguir habiendo mayoría de hombres. Todavía los partidos encabezan sus listas con hombres. La verdadera paridad será real cuando los partidos intercalen entre elección y elección quién encabeza la lista: una vez una mujer y una vez un hombre.
–No. Pero vamos paso a paso, estos son temas culturales, y hay menos resistencia. Más vale ir a paso seguro.
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