Jue 25.03.2004

SOCIEDAD

Pagando para no quedar pegados

Un preso dijo ante un juez que policías de San Isidro cobraron para desvincular a un detenido de un secuestro. Luego apareció muerto en otro caso.

› Por Horacio Cecchi

La denuncia de un preso de identidad reservada subrayó las sospechas sobre corrupción en las filas de la DDI de San Isidro. El detenido se refirió a dos casos en los que parte de una banda de secuestradores logró salir libre antes de ser procesada, mediante el pago de dinero a policías de esa brigada. Uno de los casos es el del secuestro de Elio Brozzoni. El preso sostuvo que un detenido por ese caso pagó 40 mil pesos para salir libre y luego murió en el operativo de rescate de Ernesto Rodríguez. “Es el Jeta Medina”, confió un investigador a Página/12. El preso también aludió a otro caso en el que quedó libre parte de la banda que luego secuestró al padre del Corcho. Según pudo averiguar este diario, se trataría del caso Belluscio, y los liberados por cometa serían el mismo Jeta Medina y el Lala López. De hecho, en el caso Belluscio, dos suboficiales fueron apartados por la fiscal Rita Molina, por desviar la investigación. Según el camarista Fernando Maroto, “hay policías de la DDI de San Isidro que apoyaron logísticamente a secuestradores”.
La denuncia del preso fue realizada el 18 de febrero pasado, pero recién trascendió ayer, en simultáneo a las repercusiones sobre el dramático final del caso Blumberg. El detenido, cuya identidad quedó en reserva, está acusado por homicidio. Según el mismo denunciante, la imputación “me la endilgó la brigada de la calle Tomkinson”, en referencia a la polémica DDI de San Isidro, aunque él se declara inocente. Sea cierto o no, el preso agregó que había sido detenido por el secuestro del empresario papelero Elio Brozzoni. El papelero fue secuestrado en un restaurante de General Pacheco el 11 de diciembre de 2002 por una banda llamativa: vestía ropas anaranjadas y se habían teñido de rubio. A Brozzoni lo liberaron el 5 de enero del año siguiente, tras el pago de 270 mil pesos.
Según el denunciante, uniformados de la DDI de San Isidro lo detuvieron por el caso Brozzoni y “para despegarme me pidieron 50 mil pesos, que como no los tenía y me sabía inocente no puse plata”. Agregó que tras treinta reconocimientos negativos fue liberado por la Justicia. “Cuando salí en libertad, un suboficial de la DDI San Isidro me dijo que en algo me pegarían y me inventan la causa por homicidio. Esa práctica es común”, aseguró.
Y agregó más datos. Sostuvo que “una persona de la que me reservo su identidad sí puso 40 mil pesos y salió libre, aunque después quedó implicado y muerto en el secuestro de Rodríguez”. En el operativo de rescate del padre del Corcho, dos integrantes de la banda resultaron muertos: el “Jeta” Jorge Luis Medina y el “Potrillo” Juan José Villegas. Según reveló un investigador a Página/12, el denunciante se refería “al Jeta Medina. Era un tipo que lo seguían porque saben que pagaba. La forma de operar es que detienen a alguien y le piden plata para soltarlo. Si paga, lo dejan libre sin ingresarlo al expediente. Si no paga, lo dejan pegado sea o no culpable. El Jeta era famoso porque pagaba siempre”.
Pero el detenido amplió aún más. Agregó que “parte de la banda que secuestró al viejo del Corcho Rodríguez ya estaba presa por otro secuestro, pero puso plata y salió en libertad desde la DDI San Isidro”. El mismo investigador confió a este diario que se trata del caso Belluscio y del Jeta Medina y el Lala López.
El Lala había sido involucrado en el caso Belluscio por la fiscal Rita Molina, pero en el momento en que Pablo Belluscio fue liberado era uno de los prófugos, junto con el Negro Sombra y Tita Desideri. El Lala López recién fue detenido durante el operativo de rescate del padre del Corcho. De acuerdo a la denuncia del preso, mientras la Justicia lo tenía como prófugo, el Lala López estaba detenido en la DDI y fue liberado tras el pago de unos dinerillos. El Jeta Medina sería el otro.
“Hay policías de la Delegación de Investigaciones de San Isidro que apoyaron logísticamente a secuestradores extorsivos”, aseguró ayer a este diario el camarista de San Isidro Fernando Maroto. “Tuve entrevistas, algunas con detenidos, que me cuentan que fueron apoyados por la DDI de San Isidro.” El camarista aseguró no contar con pruebas que vinculen a los uniformados con el dramático caso de Axel Blumberg, pero sostuvo lo llamativo de que la misma DDI investigara el caso.
Al menos tres de los uniformados de la polémica DDI sanisidrense ya habían sido sospechados por la Justicia, y nada menos que en el caso Belluscio, al que se refiere el preso denunciante. “Quiero trabajar con gente que no esté cuestionada”, sostuvo el 12 de noviembre pasado la fiscal Rita Molina, mientras investigaba el caso Belluscio. Uno de ellos es un suboficial de apellido Medina. No sólo fueron apartados del caso: el Gobierno los pasó a disponibilidad preventiva y la fiscal los procesó por desviar la investigación. Uno de los apartados sería, según el preso denunciante, quien le exigió el dinero para liberarlo. No se ha investigado aún la veracidad de la denuncia, pero tratándose de la Bonaerense toda ficción es posible.

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