Un día después de la muerte de cuatro personas por el derrumbe de una pasarela, en un sector recientemente inaugurado, el aeropuerto parisino de Roissy-Charles de Gaulle sigue viviendo una novela negra. El domingo, a las siete de la mañana, cuatro personas perdieron la vida cuando un segmento de uno de los túneles de vidrio y cemento que conducen a los aviones cayó a tierra sin que las autoridades hayan brindado hasta ahora una explicación coherente. Ayer, los pasajeros del sector 2E volvieron a escuchar ruidos en la estructura y ello condujo a la evacuación completa de la lujosa y moderna terminal. El riesgo fue tan grande que incluso los bomberos y los técnicos que trabajaban en el lugar abandonaron el recinto a la espera de instrucciones. La terminal aeroportuaria inaugurada el año pasado costó 750 millones de dólares y, según dijo ayer el presidente de ADP (Aeropuertos de París), Pierre Graff, podría ser totalmente demolida si las investigaciones prueban que existe una falla irrecuperable en el conjunto de la estructura.
“Queremos que se descubra toda la verdad y estamos preparados a asumir nuestras responsabilidades”, subrayó el directivo, aunque admitió que los especialistas aún “no logran comprender” lo que pasó.
La empresa GTM, que se encargó de la construcción del túnel que se derrumbó, no dio aún ninguna explicación. Según un portavoz de la compañía, la investigación debería permitir que se establezca la “combinación de factores complejos que originaron el accidente”.
Paul Andreu, el arquitecto francés que diseñó el terminal, se mostró “conmovido”. Andreu señaló que “por el momento” no se había encontrado “ningún elemento para avanzar en una hipótesis capaz de determinar la causa del accidente”. Según el arquitecto, la concepción de la terminal era “audaz” pero los materiales que se emplearon no tenían “nada de revolucionario”. Andreu es mundialmente conocido, al punto que sus creaciones le valieron el apodo de “arquitecto de aeropuertos”.
La terminal aérea de Osaka, construida por Andreu, ni siquiera sufrió daños serios con el terremoto de 1995. Para la empresa Aeropuertos de París, el incidente en el sector 2E constituye una pérdida cuantiosa. El área estaba considerada como “el orgullo” de la arquitectura moderna. Construido durante cuatro años, el edificio consta de 104.000 metros cuadrados y por sus pasillos transitan más de 6 millones de pasajeros anuales.
La terminal 2E comenzó a funcionar el año pasado con una semana de retraso de la fecha prevista, debido a que la comisión de seguridad no autorizó la inauguración. Según explicó ADP, una gran lámpara se había separado del techo y caído al suelo justo cuando la comisión inspeccionaba el lugar.
Entre los fallecidos el domingo figuran dos ciudadanos chinos y una una mujer checoslovaca. La cuarta víctima aún no fue aún identificada.