Mié 02.01.2002

SOCIEDAD  › DEBIL COMIENZO DE LA TEMPORADA DEBIDO A LA INCERTIDUMBRE

Pocos turistas, menos expectativas

En los centros turísticos aún esperan. En el primer día del año hubo escasos visitantes tanto en la costa como en Córdoba y Mendoza y también pocas reservas. Se amplían, en cambio, las ofertas para seducir turistas.

› Por Alejandra Dandan

Todos los carteles son iguales: se aceptan patacones, se aceptan Lecops y (¡urgente!) se aceptan visitantes. La temporada empezó con demasiados interrogantes: “Es evidente que arrancará más tarde, hace apenas diez días las condiciones eran unas, ahora han pasado tres presidentes”. La especulación es de Carlos Piglia, el segundo del Ente de Turismo de Mar del Plata desde donde se manejan proyecciones bastante inciertas sobre la afluencia de turistas a la costa. Como ahí, la incertidumbre política e institucional ha provocado escasez de visitantes en otros principales centros turísticos como Córdoba y Mendoza. Aún así, todo el mundo parece estar dispuesto a inventar algún tipo de fórmula para contrarrestar la crisis y sus efectos. En cada uno de los lugares, se esperan a los turistas con rebajas de precios, promociones por pago en efectivo, reembolsos de peajes y, sobre todo, con cálidos discursos de bienvenida.
Para los operadores acostumbrados a los análisis, este momento es de absoluta incertidumbre. Hace unos días cuando los primeros turistas que viajaron a Brasil se encontraron con el peso devaluado, Mar del Plata comenzó a pensar que definitivamente se impondría como alternativa más rentable. Pero ahora también eso está en duda. “Se necesita urgente una definición: esto no arranca hasta que no terminen de presentarse las reglas de juego que en estos momentos está condicionando a buena parte de los que estarían en condiciones de llegar”. Piglia dice que espera ansioso a los comerciantes y pequeños empresarios que son parte del público más fuerte en Mar del Plata y que por ahora tienen sus cuentas atenazadas entre el corralito y el dormido clearing bancario.
Con este fondo, Mar del Plata no deja de apelar a la fábrica de inventos. Está dispuesta a dejar de pensar en los más pobres para convertirse en una opción algo más sofisticada. “Este año se va a profundizar una tendencia que se venía dando –especula nuevamente el funcionario–: la mayor afluencia de público llegará con menos plata, por unos días desde los lugares más próximos.” En esos lugares próximos vive la gente que suele llegar en poco más de tres horas de viaje a través de las rutas donde ahora se ha conseguido un descuento de 50 por ciento en los peajes (ver aparte). Pero ésta no es la única promo. La batería contra el efecto corral cuenta con una reducción del diez por ciento en el costo de alojamiento en la plaza inmobiliaria. Desde la cámara de martilleros se promovieron, además, descuentos y bonificaciones en los balnearios: de cada dos días habrá uno de regalo.
Pero algunos sectores ya ni siquiera tienen resto para bajar precios, ni gastos, ni costos. Los hoteleros que vienen bajando precios desde hace cuatro años, aseguran que están trabajando casi al costo. “Tenemos todo recontra bajo, si seguimos así cerramos”, dice uno de los encargados del Hotel Vaness mientras revisa la planilla de enero que no tiene cuartos reservados. En estos lugares, donde una habitación doble de las más baratas se paga unos 68 pesos de acuerdo a la lista, se logran descuentos por cantidad de días, por pago en efectivo y hasta por unas buenas lágrimas. La mayoría de los hoteles descuenta un día cada tres de alojamiento y busca fórmulas para mejorar servicios sin aumentar precios.
“Tuvimos un solo problema –dicen desde el hotel– la Banelco que tarda un montón para que te habilite.” La moda Posnet es quizá la tendencia más real en todos los lugares del verano. Todo el mundo ha tratado de proveerse del kit completo de tarjetas, incluidas las de débito, para no quedarse afuera de la escasa rueda de consumo. Según Piglia la mayoría de los locales de Mar del Plata tenían incorporado el sistema antes de los anuncios del ex ministro Domingo Cavallo. Pero existe otro gran sector que no estaba bien armado y tal vez nunca reciba los equipos antes de que termine la temporada. En eso mismo piensa ahora, a más de 100 kilómetros de ahí, Graciela Siste dueña de uno de los balnearios más coquetos de Pinamar. El primer día del año, Bacota tenía cubierto entre un 50 y un 60 por ciento de su capacidad y estas cifras son producto de su sagacidadcomo empresaria: “Aceptamos Lecop, patacones y sobre todo cheques que es con lo que más pagan: a nadie se le ocurrió aún –dice–, pagar con pesos y menos con dólares”.
Fuera de la costa, en Córdoba y Mendoza casi no se habían hecho aún reservas hoteleras. El movimiento de turistas fue escaso en las terminales, situación que también se repitió en el aeropuerto y la estación de trenes de Mar del Plata.
Aunque ni siquiera se sabe cómo funcionarán las cosas en el país, en estos lugares hay algunos constructores del verano que se han puesto a trabajar como lo vienen haciendo cada año. En Bacota, Graciela ya tiene armado un gimnasio nuevo sin costo para los clientes. Y desde ahí programa clases de gimnasia de tres turnos, caminatas y juegos para chicos, tan nuevos e inalterables como los de cada año.

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