Si las ventas venían siendo pobres hasta diciembre de 2001, en el último mes del año pasado la tendencia no sólo se confirmó sino que se exacerbó. Según un informe de la Coordinadora de Actividades Mercantiles Empresarias (CAME), en el que se subraya principalmente el congelamiento de depósitos y la restricción de efectivo como los causantes de la abrupta caída, salvo en unos pocos rubros, en el resto la disminución respecto a diciembre de 2000 fue superior al 30 por ciento, incluidos aquellos que ofrecen artículos propios de las fiestas de fin de año. Con relación a esto, como los negocios más perjudicados aparecen las relojerías y joyerías, que, en promedio, vieron caer sus ventas en un 57 por ciento; seguidas por las perfumerías, con una disminución del 42 por ciento, y por las jugueterías y los locales destinados a la venta de bijouterie, cuyas ventas descendieron un 37 por ciento. Por su parte, los comerciantes de artículos de pirotecnia, sufrieron una caída del 32 por ciento a pesar de haber bajado sus precios alrededor de un 15 por ciento.