A horas de celebrarse la primera boda gay en Francia, la polémica en torno del casamiento no deja de crecer en tierras galas. Mientras el primer ministro Jean-Pierre Raffarin anunció que sancionará al alcalde que casará a los homosexuales, Noel Mamere –diputado verde además de jefe comunal– llevó tranquilidad a los contrayentes y confirmó que concretará la unión. De todas formas, se prevé que el debate no terminará cuando los novios den el sí. Para calentar más el ambiente, están previstas una serie de manifestaciones de apoyo al matrimonio de los dos hombres, principalmente en París, Lyon, Burdeos y Metz.
La boda será mañana. La celebrará Mamere, alcalde de Beagles, una localidad en las afueras de Burdeos. Mamere no piensa dar marcha atrás en su decisión de casar a Stéphane y Bertrand. Ayer ratificó que a pesar de las amenazas del primer ministro llevará adelante la unión de los tortolitos.
Según el alcalde de Beagles, no es a Raffarin a quien le toca establecer quién no respeta el estado de derecho, sino “a un juez después de un debate contradictorio ante los tribunales”.
Al ser interrogado durante la sesión de control al gobierno en la Cámara de Diputados, Raffarin dijo que todo alcalde que celebre bodas homosexuales “incurrirá en las sanciones previstas por la ley” y recordó que “el Código Civil no permite el matrimonio entre dos personas de un mismo sexo”.
Para Mamere, el primer ministro “corre el riesgo de ponerse en ridículo” con estas declaraciones. Reconoció que no se esperaba que “esta iniciativa política tomara este giro”, aunque afirmó sentirse orgulloso “de haber provocado el debate social antes de provocar el debate sobre el derecho”. El primer edil podría ver suspendidas sus funciones de oficial del estado civil durante un mes o incluso ser revocado por decreto del Consejo de Ministros si celebra la boda.
Mamere aseguró que la prohibición de la Fiscalía de Burdeos de celebrarla, a petición del ministro de Justicia, Dominique Perben, es una decisión que “no tiene ningún valor jurídico”. Perben denunció la “operación comercial” que está detrás de esta boda, a propósito de una exclusiva del testimonio de los futuros esposos en una revista francesa. “Es una pena que lo que es un asunto serio se convierta en una provocación, un gran espectáculo y una mediatización casi comercial”, lamentó hoy el ministro.
Varias manifestaciones están previstas en Francia para mañana en favor de la unión de gays.