SOCIEDAD
Un empresario mató a dos ladrones que lo asaltaron en el microcentro
Poco después del mediodía, un hombre que salía de un banco en Córdoba al 880 fue interceptado por tres jóvenes que lo golpearon y le sacaron los 10 mil pesos que llevaba. Pero el empresario iba armado. Y mató a dos de ellos e hirió al tercero. Después le dio una crisis nerviosa.
› Por Carlos Rodríguez
Dos de los asaltantes murieron, en un final a lo Pedro Navaja, cuando la víctima del robo se convirtió en victimario, y un tercero salió herido, trató de escapar, pero lo atrapó la policía. El escenario de un episodio propio del Lejano Oeste fue la avenida Córdoba al 800, a pocas cuadras de la 9 de Julio, en pleno centro porteño. La víctima del fallido intento de robo fue el empresario de la construcción José Manuel Mainardi, de 35 años, que caminaba por Córdoba a la altura del 821, cuando dos hombres que se bajaron de una moto en movimiento –al mando de un tercero– lo atacaron golpeándolo en la cabeza para sacarle 10.000 pesos en efectivo que había retirado minutos antes de la sucursal del Banco Nación de Carlos Pellegrini y Paraguay. Uno de los ladrones le pegó varias veces en la cabeza, con la culata de una pistola, y entre los dos le quitaron el dinero, pero el empresario reaccionó y sacando una 9 milímetros disparó cinco veces. Uno de los ladrones murió sobre la avenida, cuando intentaba subirse de nuevo a la moto para escapar, el segundo cayó en la esquina de Viamonte y Esmeralda, frente a una mercería, y el tercero, que había dejado el ciclomotor, fue apresado cuando cruzaba la 9 de Julio.
Mainardi sufrió un ataque de nervios y tuvo que ser asistido en el Hospital Argerich, mientras que el ladrón que salió herido quedó internado en el Fernández. El autor de las dos muertes permanecía anoche “demorado” en la comisaría tercera, a la espera de una decisión del juez Vicente Cisneros, quien estudia si se trata o no de un caso de “legítima defensa”. Algunos testigos confirmaron que los ladrones iban armados, aunque aparentemente sólo golpearon al empresario y en ningún momento dispararon contra él. Por el contrario, como Pedro Navaja, el “ladrón de esquina” de la mítica canción de Rubén Blades, los asaltantes fueron sorprendidos por la reacción de la víctima, que a pesar de los nervios demostró certeza en el manejo de las armas. No sólo repelió la agresión a tiros sino que también recuperó inmediatamente el dinero que le habían robado.
“Pobre hombre, la pasó muy mal, después del tiroteo sufrió una crisis nerviosa y se puso a llorar”, relató a los periodistas un joven que presenció todo lo ocurrido y que justificó la reacción del empresario devenido en justiciero. “Cuando llegó la policía (que sólo intervino en la detención del delincuente herido), estaba llorando en forma desconsolada y para que quedara claro levantaba los brazos y decía ‘yo soy la víctima’”, insistió el testigo. El jefe de la Circunscripción 1ª de la Policía Federal, comisario inspector Gustavo Carca, confirmó que los tres delincuentes iban en una moto Yamaha Enduro y que dos de ellos se bajaron para agredir al empresario, al que venían siguiendo.
“Lo golpearon varias veces en la cabeza y lograron quitarle el dinero que llevaba en los bolsillos del saco”, explicó Carca. En el lugar, junto con la plata, toda en billetes de cien pesos, apareció una pistola 9 milímetros similar a la que utilizó el empresario para responder al ataque. “Es un verdadero milagro que ningún transeúnte, de los muchos que circulaban por el lugar, haya sufrido ninguna herida”, admitió el comisario Carca. El episodio ocurrió cerca del mediodía en una zona muy transitada. Uno de los ladrones quedó tirado frente al 821 de Córdoba, donde funciona una agencia de quiniela en la que se refugió el empresario, hasta que superó la crisis de nervios. Vestido con traje gris, de unos 35 años, el hombre subió luego a una ambulancia del SAME que lo llevó al Hospital Argerich, donde fue asistido. Luego fue llevado a la sede de la comisaría tercera, donde esperaba la definición del juez.
Carca confirmó que el empresario “tenía permiso para la portación del arma” y que hubo “al menos cinco disparos”. No se pronunció acerca de si los asaltantes accionaron sus armas. El ladrón herido fue detenido sobre la avenida 9 de Julio, muy cerca de donde se encuentra ubicado el Hotel Panamericano. La pistola 9 milímetros que quedó tirada en la vereda, y que pertenecería a los asaltantes, estaba manchada de sangre, lo que serviría para demostrar la agresión sufrida por el empresario.
Durante varias horas, mientras se realizaban las pericias en el lugar del hecho, la policía cerró tres de los seis carriles de la avenida Córdoba. Los disparos provocaron un gran revuelo en la zona y llegaron cerca de diez patrulleros que cercaron la zona. Los cuerpos de los delincuentes fueron retirados por una ambulancia del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME) y otra unidad se llevó al empresario, que estaba todavía conmocionado por el suceso que lo había tenido como protagonista. “El juez tendrá que evaluar ahora cómo fueron las circunstancias y si el hombre actuó o no en legítima defensa”, dijo anoche una fuente policial consultada por Página/12. “Los testigos confirman que fue víctima de una agresión y de un robo, pero el juez es el que debe decidir.”