SOCIEDAD
› AUTOPSIA DE HIGADO DICE QUE NO HUBO EJECUCION
El disparo fue a distancia
El estudio forense indicó que Muñoz recibió cuatro tiros, dos en su chaleco antibalas, otro en la pierna y uno en la cabeza, pero a distancia suficiente como para que no fuera fusilamiento.
El informe preliminar de la autopsia realizada al cadáver de Cristian “Hígado” Muñoz afirma que no hubo ejecución a quemarropa, como se pudo sospechar. El reporte describió que el disparo que le perforó la cabeza fue efectuado a distancia. En total, el delincuente recibió cuatro balazos: dos fueron frenados por el chaleco antibalas que llevaba puesto en el asalto al banco del partido bonaerense de San Miguel, otro le hirió una pierna y el último le perforó la cabeza. Por el asalto quedaron detenidas tres personas como presuntos cómplices de Muñoz, pero dos de ellas fueron liberadas, ayer porque, según las cámaras del banco que filmaron el robo, se trata de vecinos del lugar. El gobernador bonaerense, Felipe Solá, dijo que hay “evidencia clara de que Muñoz fue quien secuestró a Nicolás Garnil y que además había sido socio de Maximiliano ‘Pachu’ Peñaflor” en el secuestro de Cristian Ramaro.
“Además, cuando secuestraron a Garnil, la madre del chico dio detalles sobre el vehículo en el que se llevaron a Nicolás y coincidía con un auto que había sido robado a una pareja en San Miguel, quienes reconocieron al Hígado Muñoz como uno de los dos asaltantes que robaron el auto, el otro era Pachu Peñaflor”, enfatizó Solá. El vehículo en el que intentaban escapar los delincuentes tras el frustrado asalto a la sucursal del Banco de Galicia “fue robado en Panamericana y Márquez, rumbo a Tigre, en un hecho que fue un secuestro corto y en el que la víctima reconoció al ladrón, que poseía un arma larga, con las mismas características del Hígado Muñoz”, relató el gobernador bonaerense.
Muñoz murió porque chocó con el coche que conducía tratando de huir. No se pudo bajar y se sospecha que la puerta quedó trabada o que se enganchó con el chaleco antibalas. Dentro del auto, Hígado recibió tres balazos policiales en el costado izquierdo –dos en el chaleco antibalas y otro en una pierna– y un cuarto que vino de la derecha, realizado por un policía que se acercó a proteger a un hombre baleado por los delincuentes. Este era el dueño del Ford Falcon que chocó contra el Volkswagen Passat donde huían los ladrones.
Según las fuentes, el disparo del policía que le acertó a la cabeza a Muñoz fue realizado a distancia, por lo que ya se descartó una ejecución a quemarropa, según el informe preliminar de la autopsia realizada sobre el cadáver de Hígado en la morgue judicial del Hospital Carrillo de Ciudadela. “Hasta ahora no hemos encontrado nada raro en la causa que nos haga sospechar que a Hígado lo hayan ejecutado. Tampoco hay dudas de que haya participado del asalto al banco, ya que quedó filmado en las grabaciones del circuito de video de la sede bancaria”, dijo una fuente judicial. Además, se determinó que Muñoz no fue el que disparó contra la policía con el Fusil Automático Liviano (FAL) secuestrado en la causa, sino que su arma era una pistola calibre 9 milímetros que se encontró al lado de su cadáver, dentro del auto.
Tanto esa pistola como el resto de las armas secuestradas están siendo peritadas para determinar cuáles fueron disparadas y sobre todo, para establecer si Hígado disparó o no contra la policía. El vocero indicó que luego de revisarse los videos que registraron el asalto al banco pudo apreciarse que de los tres hombres que habían sido detenidos como cómplices de Muñoz, sólo Rubén Peralta –un ex convicto que resultó herido en el tiroteo– participó del robo. Los otros dos que habían sido aprehendidos fueron liberados por el fiscal del caso, Rubén Moreno.
“Ninguno de ellos dos aparece en los videos del banco, tampoco tenían antecedentes, hicieron su descargo y se determinó que sólo eran dos vecinos del barrio que salieron corriendo asustados por los balazos y la policía los confundió con los ladrones”, explicó una fuente judicial.
Dos delincuentes que se encuentran prófugos “ya están identificados”, reveló una fuente, que informó que se dispusieron distintas tareas de inteligencia para atraparlos.
Recordando cómo Muñoz logró salir de su prisión en Córdoba usando documentos falsos, la policía esta vez se esmeró en lograr unaidentificación positiva. Lo lograron con un tatuaje en el pecho del cadáver con los nombres de sus dos hijas, Aylén y Valentina. El delincuente temía que lo mataran y había dejado una carta en la que decía que, si aparecía muerto, quería dejar aclarado que él no era un secuestrador.