Martín Zidar, el único integrante capturado de la banda que en abril de 2003 secuestró a la hija menor del empresario Franco Macri, Florencia, fue condenado ayer a 11 años de prisión por ese hecho. Antes de la lectura de la sentencia, el hombre pidió perdón a la familia Macri, a la suya, a su novia y a la Justicia. Pero la decisión del Tribunal Oral 16 prácticamente estaba tomada desde de que el acusado se autoincriminara como ideólogo del crimen. Los jueces –que “tienen toda la pinta de tipos serios”, según manifestó el hermano de la secuestrada, Mauricio Macri, minutos antes de la lectura de la sentencia– ordenaron, además, que se investigara la colaboración que el secuestrador habría recibido de otras dos personas que no fueron identificadas en la causa pero a las que habría hecho referencia. Y pidieron que se investigara el destino de los 750 mil dólares pagados en el rescate y que nunca fueron hallados en los sitios en que Zidar dijo haberlos escondido.
El tribunal integrado por los jueces Carlos Acerbi, Enrique Alvarez Aldana y Carlos Currais consideró que Zidar fue “coautor” del delito de “secuestro extorsivo”, y por ello lo sentenció a 11 años de prisión. Pero a esa pena se le agregó una más de cinco años por una causa que data de 1999 sobre robo con armas y por la cual se le había concedido libertad condicional. Sobre este último punto relacionado con la acumulación de penas, que llegó a 16 años, está basada la apelación que estudia la defensa.
Antes de escuchar la condena que lo tendrá hasta los 48 años en la cárcel, Zidar se tomó sólo un minuto y medio para hacer su descargo. Pidió perdón a la familia Macri, a la suya y a su novia “por no poder cumplir con lo que le prometí, que era ser el padre de nuestros cinco hijos”. Las disculpas también se extendieron a la Justicia y solicitó al tribunal que tuvieran “bonhomía” en su juicio “para estar lo más pronto con mi familia”. Luego de que el fallo fuera leído, el hombre fue sacado del edificio de los tribunales porteños de Lavalle 1171 con una fuerte custodia policial para trasladarlo a prisión.
La pena se correspondió con la que había solicitado el fiscal Julio César Castro, quien no pidió la máxima para este tipo de delitos —15 años— porque consideró que al acusado lo favorecía la confesión que hizo el jueves último, cuando declaró ser “en un noventa por ciento responsable” del secuestro. La defensa había pedido sólo cinco años.
En declaraciones a una radio porteña, el presidente de Boca Juniors consideró que la condena le pareció “razonable”, aunque “quizá debería haber tenido un castigo adicional por no haber confesado quiénes integraban la banda. Esa banda sigue operando, la plata del rescate nunca se recuperó”. “Un secuestro no se hace con una única persona, tienen que ser varias; los que hacen logística, el seguimiento, la vigilancia y los que manejan el tema de las postas para cobrar el dinero”, añadió.
En diálogo con Página/12, el abogado de Zidar, Mariano Marcovecchio, opinó que “el tribunal ha sido un poco duro con la condena”, pero reconoció que ella “está dentro de los parámetros que estábamos manejando”. Los fundamentos del fallo serán leídos durante una audiencia a la que el tribunal convocó para el próximo martes 16. Hasta entonces “no se tendrán definidos los puntos que serán apelados”, precisó el abogado.
No obstante, Marcovecchio manifestó sus “buenas” expectativas respecto de una posible disminución del castigo. Y esta posición se debe a “los datos que (Zidar) aportó y que se van a investigar. Por ejemplo, en lo que se refiere al dinero pagado por el secuestro, si se esclarece dónde está quedaría abierta la posibilidad de presentar un recurso de revisión (de la condena) por ser un hallazgo derivado de la declaración” del acusado durante la causa. Y esto, según el letrado, “podría disminuir la pena”.
En la audiencia en que Zidar se autoincriminó como el ideólogo del crimen también habló de la existencia de colaboradores secundarios, entre los que citó a un tal Tero, quien habría colaborado en la logística del secuestro y en el cobro de los 750 mil dólares del rescate.