Algunos dicen que estos galpones –ex depósitos ferroviarios– aún destilan el olor a vino a granel. El dato guarda curiosidad si se tiene en cuenta que, desde hace 30 años, aquellos vagones de carga no llegan desde Mendoza. Ahora, después de tres décadas de abandono, ese espacio ubicado en pleno Palermo cambiará su fachada. Y esta vez la megainversión no tendrá como destino un shopping o un edificio en torre: se trata del complejo Palermo Centro, un emprendimiento comercial ubicado en la avenida Juan B. Justo y Paraguay, que pretende tener a la cultura como centro de atracción: en tres manzanas ubicadas frente a las ex Bodegas Giol habrá dos salas de teatro, otras cuatro destinadas al cine de autor, un anfiteatro y 34 locales, que incluyen restaurantes, vinotecas, bares, disquerías y librerías. La iniciativa, a cargo de una empresa privada, se contrapone con el proyecto Lago Pacífico, presentado en la Legislatura porteña por un grupo de vecinos para instalar un parque en ese mismo lugar.
El paisaje del predio, limitado por Juan B. Justo, Paraguay, Godoy Cruz y la avenida Santa Fe, se compone ahora de extensos terrenos y galpones, además de los depósitos situados debajo de las vías, por donde pasa el tren de la línea San Martín, que se dividen en 34 arcos. Cada uno de ellos se convertirá en un local. También habrá una plaza y un galpón cedido por la empresa Arcos del Gourmet, a cargo del proyecto, al gobierno porteño para convertirlo en un centro cultural. “La idea es que el lugar no tenga un estilo comercial, sino más apoyado en la cultura, el diseño y la gastronomía”, aseguró el vicepresidente de Arcos del Gourmet, Pablo Bossi, quien además preside la productora cinematográfica Patagonik, socia del proyecto. El emprendimiento estaría finalizado en febrero de 2006: la primera etapa –que consiste en la habilitación de los arcos– quedaría terminada en nueve meses, mientras que la segunda –que comprende el resto de las instalaciones– tardaría otros seis meses.
El centro cultural, que funcionará en uno de los galpones del predio, estaría finalizado en seis meses. Contará con 800 metros cuadrados, separados por dos plantas de 400 metros cada una. La planta baja se utilizará para exposiciones, instalaciones y el primer piso se destinará a un auditorio para funciones de teatro y espectáculos de música. “El objetivo es que sirva como un espacio de enseñanza y experimentación para los vecinos”, sostuvo el secretario de Cultura porteño, Gustavo López. “Esta iniciativa va a revalorizar la zona e incluso traerá aparejadas subas en los inmuebles del barrio. Este predio sirvió durante muchos años para juntar ratas, yuyos y basura y ahora se convertirá en un gran centro comercial y cultural”, enfatizó ayer el jefe de Gobierno porteño, Aníbal Ibarra, cuando se dieron por iniciadas las obras.
El proyecto se contrapone al del Lago Pacífico, impulsado por un grupo de vecinos de la zona que consiste en la creación de un parque público en ese mismo lugar. La iniciativa ingresó este año a la Legislatura porteña y la próxima semana se debatirá en la Comisión de Obras Públicas. Fuentes del cuerpo manifestaron a Página/12 que “en caso de aprobarse este último proyecto puede generarse un conflicto con la iniciativa que ya está en marcha en el lugar”. Los vecinos autores de esa iniciativa manifestaron ayer su disgusto por no haber sido consultados para la ejecución de este emprendimiento comercial.
La inversión prevista para la primera etapa –el reciclado de los arcos– es de seis millones de pesos. La concesión fue adjudicada tras una licitación que se realizó en diciembre de 2002 por parte del Organismo Nacional de Administración de Bienes del Estado (Onabe). Arcos del Gourmet fue la firma ganadora. Dentro del proyecto también están comprendidas las obras en los galpones que se encuentran frente a los arcos, donde se realizarán los cines y las salas de teatro. El costo de estas obras aún no está definido, indicó el presidente de la compañía, Ricardo Alvarez Rojo. Estos galpones son alquilados a la firma América Latina Logística. “Arcos del Gourmet presentó el proyecto, además, ante la Secretaría de Cultura de la Nación ya que el lugar fue designado monumento histórico. Tras la aprobación de esta dependencia, el texto fue enviado al gobierno porteño, donde también obtuvo el visto bueno”, relató Rojo, quien cuenta entre sus antecedentes el desarrollo de los Arcos del Sol, donde años atrás funcionaban un grupo de boliches y confiterías, que hoy están clausurados. El anfiteatro estará destinado a espectáculos al aire libre, mientras que las películas que se exhibirán en las salas tendrán un perfil independiente, “con una mayor diversidad cultural”, dijo Bossi, en el primer día de las obras del complejo.